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YOUKALI, 5 página 140 Análisis de efectos / reseñasse de los otros para escucharse mejor a sí mismo, concentrando toda la atención en esa trayectoria de uno a unomismo para alcanzar al fin, al yo.En este punto se hace necesario explicar cómo se define la r<strong>el</strong>ación que hay entre <strong>el</strong> decir <strong>ver</strong>az y la práctica d<strong>el</strong>sujeto. En palabras de Epicuro: la paideia –cultura general que hace a un hombre libre- , se distingue de laphysiología, su opuesto, que es <strong>el</strong> conocimiento de la naturaleza, en cuanto puede servir de principio a la conductahumana y de criterio para nuestra libertad; y que es susceptible de trasformar al sujeto en un sujeto libre(sin miedo a la naturaleza, los dioses y <strong>el</strong> mundo). Y en esto consiste la r<strong>el</strong>ación, <strong>el</strong> sujeto libre podrá, siendocapaz de comprender las <strong>ver</strong>dades de la naturaleza, cambiar su modo de ser. Así se definirá <strong>el</strong> arte d<strong>el</strong> fisiólogo,como un saber d<strong>el</strong> mundo, de las cosas y de los dioses que afecta al sujeto, lo asume y lo hace cambiar, su funciónes la modificación d<strong>el</strong> sujeto. En esta tesitura Foucault puede afirmar que no es <strong>el</strong> sujeto –conciencia- <strong>el</strong>objeto d<strong>el</strong> discurso <strong>ver</strong>dadero, sino <strong>el</strong> resultado de la modificación de su ser debido a la physiología –prácticade sí-. El precepto de la “con<strong>ver</strong>sión a sí” se constituyó, a partir de todo ese conjunto de fenómenos y procesoshistóricos con la intención de emitir un discurso <strong>ver</strong>dadero sobre <strong>el</strong> sujeto, sobre ese sujeto que no somos.Ese mod<strong>el</strong>o h<strong>el</strong>enístico d<strong>el</strong> que hablábamos, en opinión de Foucault, fue recubierto históricamente por otros dosgrandes mod<strong>el</strong>os: <strong>el</strong> platónico –mod<strong>el</strong>o de la reminiscencia-; y <strong>el</strong> cristiano –mod<strong>el</strong>o de la exégesis- y lo que justamenteahora se propone es separarlos. El mod<strong>el</strong>o de la reminiscencia, que identifica inquietud de sí y autoconocimiento,y <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de la exégesis, que da al autoconocimiento la función exegética de detectar la naturalezay <strong>el</strong> origen de los movimientos internos d<strong>el</strong> alma, gozaron de gran prestigio histórico, se enfrentaron entre síen los primeros siglos de la historia d<strong>el</strong> cristianismo, dominaron <strong>el</strong> cristianismo que se encargó de transmitirlos.Pero entre estos dos mod<strong>el</strong>os existió otro que acentúa la inquietud de sí, se trata d<strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o h<strong>el</strong>enístico, que ponecomo objetivo a alcanzar al yo. La moral formada en este mod<strong>el</strong>o intermedio fue repatriada por <strong>el</strong> cristianismo.En dicho mod<strong>el</strong>o <strong>el</strong> tema d<strong>el</strong> autoconocimiento se daba en la “con<strong>ver</strong>sión a sí” y en r<strong>el</strong>ación con la naturaleza.El conocimiento de la naturaleza, <strong>el</strong> conocimiento d<strong>el</strong> mundo, será necesario para alcanzar los objetivos de esamoralidad estoica tradicional, que no es extraña al cristianismo y que encontramos en los textos de Séneca.Primero, la necesidad de vencer los vicios como principio de dominio de sí. Segundo, lograr firmeza y serenidaden la ad<strong>ver</strong>sidad. Tercero, luchar contra <strong>el</strong> placer, (se trata de las tres formas de combate tradicional contra losvicios). Cuarto, no se perseguirá los bienes pasajeros, se debe encontrar la f<strong>el</strong>icidad y <strong>el</strong> bien último en nosotrosmismos. Quinto, y como resultado de los anteriores, lograr la plenitud de la r<strong>el</strong>ación consigo y estar listo para lamuerte.En los textos de Séneca y de Marco Aur<strong>el</strong>io, ser libre es huir de la servidumbre de sí mismo; dejar de exigirmucho de sí mismo, dejar de imponerse todas las obligaciones de la vida tradicional. Y para lograr esa liberaciónen la r<strong>el</strong>ación consigo, es necesario <strong>el</strong> estudio de la naturaleza, lo cual asegura una contemplación d<strong>el</strong> sujetocomo objeto dentro d<strong>el</strong> mundo. Consiste en hacer un recorrido a través d<strong>el</strong> mundo, de las cosas d<strong>el</strong> mundo y suscausas, captar su organización para así comprender cuál sea la racionalidad d<strong>el</strong> mundo y reconocer que esarazón es la misma de Dios y es d<strong>el</strong> mismo tipo que la nuestra, lo que nos permite conocerla. No tenemos aquíun saber d<strong>el</strong> ser humano, d<strong>el</strong> alma o de la interioridad que se constituya junto al saber d<strong>el</strong> mundo o contra <strong>el</strong>saber d<strong>el</strong> mundo. Lo que sí tenemos es un saber espiritual que necesita un necesario desplazamiento d<strong>el</strong> sujetoque permite captar las cosas en su realidad y a sí mismo. El efecto que produce ese saber sobre <strong>el</strong> sujeto es <strong>el</strong>descubrimiento de la libertad d<strong>el</strong> sujeto y de un modo de ser, <strong>el</strong> de la f<strong>el</strong>icidad. Al final se da una transfiguraciónd<strong>el</strong> sujeto por efecto d<strong>el</strong> saber, de ahí que constituya lo que hemos llamado saber espiritual. Este saber, poco apoco fue recubierto y borrado por otro modo de saber, saber de conocimiento, ya no de espiritualidad.Hasta aquí hemos tratado <strong>el</strong> tema de la con<strong>ver</strong>sión a sí desde la perspectiva d<strong>el</strong> conocimiento; d<strong>el</strong> saber, peropara esta con<strong>ver</strong>sión a sí es necesario una serie de prácticas que <strong>el</strong> sujeto tiene que hacer sobre sí mismo. En términosgenerales, se llama a este ejercicio sobre sí mismo “askesis”. En la Antigüedad tardía, la ascesis no consistíaen <strong>el</strong> renunciamiento a sí –como sí ocurría en <strong>el</strong> cristianismo-. Al contrario, consistía en la constitución desí mismo, proveer al sujeto de un equipamiento que lo prepare para los acontecimientos de la vida, hacerlo fuertepara lo que pueda suceder –paraskeue-. La paraskeue es <strong>el</strong> conjunto de prácticas d<strong>el</strong> sujeto que le permitiráser más fuerte y más sabio y así afrontar los acontecimientos. Además es <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento de tansformación d<strong>el</strong> logosen ethos que hace que <strong>el</strong> decir <strong>ver</strong>az se constituya como un modo de ser d<strong>el</strong> sujeto, en la filosofía estoica, son losdogmata y los praecepta. Esta ascesis de la práctica de sí liga al individuo a la <strong>ver</strong>dad, pero no se trata de unISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comwww.youkali.net

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