YOUKALI, 5 página 188 Un clásico, un regaloha puesto en marcha de forma precisa, como si dependieraúnicamente d<strong>el</strong> rendimiento de los obreros 19 . La r<strong>el</strong>aciónentre la dirección y <strong>el</strong> asalariado se reduce a unanegociación entre dos tipos de intereses, de una parte labúsqueda de un niv<strong>el</strong> mínimo de beneficio, de otra parte,la indagación de un salario mínimo garantizado; la superaciónde la norma mínima (<strong>el</strong> 100% que corresponde acuotas fijadas por los directivos) reenvía ahora a un«juego», bajo obligación, entre la búsqueda d<strong>el</strong> beneficiode unos y las satisfacciones (materiales y subjetivas) deotros.Por <strong>el</strong> contrario, Burawoy, como sus predecesores, noanaliza los debates, las di<strong>ver</strong>gencias, los conflictos quepodrían esconderse tras la lógica aparentemente lisa yunívoca de la «búsqueda d<strong>el</strong> beneficio» o d<strong>el</strong> «rendimiento», de «la» productividad (como si no hubiera más queuna posible). Ciertamente se nos habla mucho, como en todos los estudios de sociología d<strong>el</strong> trabajo, de conflictoslatentes entre <strong>el</strong> mando directo d<strong>el</strong> taller y la dirección de los métodos, sin embargo no se r<strong>el</strong>acionan jamás estosconflictos de organización d<strong>el</strong> trabajo con los conflictos de las reglas económicas, mientras que la mera –brevealusiónal conflicto entre dirigentes sobre la constitución de stocks de amortiguación (tolerados y ocultados portodos en <strong>el</strong> taller, vu<strong>el</strong>tos a cuestionar por los financieros) habría podido dar lugar a <strong>el</strong>lo.¿No se trataba, en efecto, de dos concepciones diferentes de la eficacia en la gestión? ¿Los stocks de amortiguaciónpermiten evitar las interrupciones de las máquinas, pero graban pesadamente <strong>el</strong> gasto en materiales, mientrasque la búsqueda d<strong>el</strong> stock cero (flujo tenso) supone una r<strong>el</strong>ación mucho más tensa entre <strong>el</strong> hombre y lamáquina (y una automatización radical de la producción), sin «r<strong>el</strong>ajamiento» (<strong>el</strong> slack de Crozier), sin margen,sin esta porosidad d<strong>el</strong> tiempo que permite justamente estas autonomías? Sin embargo para <strong>el</strong>lo hubiera hechofalta r<strong>el</strong>acionar ambas organizaciones de la producción con dos concepciones di<strong>ver</strong>gentes de la competitividad:una competitividad centrada en la economía de los costes laborales, y una competitividad más allá d<strong>el</strong> precio, lacual se basa menos en los precios mínimos que en la conquista de sectores d<strong>el</strong> mercado, la calidad y los serviciospost-venta entre los clientes.Esta interrupción entre la lógica económica y la lógica organizacional se hace aún más desastrosa en <strong>el</strong> plano científico,cuando las empresas estudiadas se ven sorprendidas por los despidos colectivos o las amenazas de liquidación.Así pues no se puede evitar recordar <strong>el</strong> final poco glorioso de la experiencia de Mayo en Hawthorne –generalmenteocultada en los manuales de sociología d<strong>el</strong> trabajo. En efecto, gracias a los criterios de dirección muyprecisos que han conducido a los directivos de la Western Electric a privilegiar la productividad aparente d<strong>el</strong> trabajo(con, como consecuencia concreta, la intensificación d<strong>el</strong> trabajo) y a decidir en 1932 despidos masivos,poniendo fin brutalmente a la experiencia sociológica d<strong>el</strong> equipo de Mayo 20 .Podría hacerse <strong>el</strong> mismo balance respecto a la mayor parte de las monografías emblemáticas que iban a servir decampo de ilustración empírica para las grandes corrientes de la sociología d<strong>el</strong> trabajo: ¿qué pasa con los «acuerdos»y las coaliciones de intereses (teorizadas en El fenómeno burocrático) entre obreros de mantenimiento,obreros de producción y jefes de taller en la Industria de tabaco (SEITA) estudiada por Crozier, cuando <strong>el</strong> establecimientose somete a la desreglamentación liberal, a la «racionalización-externalización», incluso a las amenazasmasivas de empleo? ¿Lo mismo puede decirse respecto al grupo Aliado (Burawoy) con los EE.UU. en la actualidad(que pasó tras 1974)?19.- El niv<strong>el</strong> mínimo de beneficio no dependía más que d<strong>el</strong> resultado de la producción d<strong>el</strong> conjunto de talleres, según que produzcan más omenos por encima de la norma d<strong>el</strong> rendimiento medio Burawoy, 1979, p. 90).20.- «A partir de julio de 1929 la situación comienza a degradarse. Se llevan a cabo nuevos reemplazos, los obreros muestran cada vez menosinterés en las experiencias y, a partir de 1930, se inquietan ante las amenazas que la crisis hace pesar sobre su empleo. El rendimiento baja.En 1932, la Western Electric licencia una buena parte d<strong>el</strong> personal de su sede de Hawthorne entre <strong>el</strong>los muchos miembros d<strong>el</strong> Test Room.La experiencia acaba» (Desmarez, 1986, p. 33).ISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comwww.youkali.net
¿Pierde por tanto la sociología sus capacidades para reparar los desacuerdos, los debates, los conflictos, a partird<strong>el</strong> momento que las microautonomías d<strong>el</strong> «trabajo» se subordinan a una novedad económica mundial? La cuestiónvale igualmente para la sociología crítica francesa. A través de un análisis de las nuevas formas de gestión participativa,D. Linhart anuncia, en efecto, «la desaparición de la dicotomía» entre la lógica clandestina esto es lógicade los sentimientos y la lógica d<strong>el</strong> coste y de la eficacia económica (Borzeix y Linhart, 1988): la empresa flexibleexige que <strong>el</strong> taller se transforme en c<strong>el</strong>oso emisor de informaciones y en atento receptor de consignas, que lasregulaciones clandestinas, informales, los saberes tácitos sean formalizados y tenidos en cuenta por <strong>el</strong> cuadrodirectivo. Los sociólogos denuncian esta voluntad consensuada que pondría en cuestión las «comunidades intermediariasd<strong>el</strong> trabajo» y los dispositivos defensivos erigidos por los asalariados para «corromper, para <strong>el</strong>udir lanorma», mas por <strong>el</strong>lo no se interroga por la eficacia de los dispositivos que encierran a los asalariados ejecutoresal mismo tiempo que las empresas se someten en las reestructuraciones y que se traducen en la actualidad poruna precarización d<strong>el</strong> trabajo y despidos masivos.Estos investigadores sociológicos no consideran que la «norma» económica pueda estar al alcance de la acciónreivindicativa de los asalariados: <strong>el</strong> fatalismo sociológico retoca con generosidad <strong>el</strong> fatalismo económico de lamayoría de los militantes sindicales. Ciertas teorías sociológicas de la regulación autónoma y de la regulación enconjunto (Reynaud, 1989) se ven cuestionadas por los sociólogos críticos en la medida en que la disolución de lascomunidades intermediarias, bajo <strong>el</strong> efecto de estrategias de «modernización», de despidos exprés, destruye loslugares que unieron la regulación autónoma de los asalariados y la regulación d<strong>el</strong> control de la jerarquía: <strong>el</strong> asalariadoque no es inmediatamente útil para la empresa no tiene nada que hacer (Linhart, 1944). Sin embargo «lasexigencias de realización particularmente imperiosas» siguen siendo la bestia negra de la sociología d<strong>el</strong> trabajo:aceptadas por unos, denunciadas por otros, y por otra parte, no obstante analizadas, desnaturalizadas, en losdebates que comienzan a atravesar <strong>el</strong> campo económico y de la gestión.Volvemos por último, a pesar de las negaciones de los sociólogos d<strong>el</strong> trabajo, a uno de los polos de la dicotomía deMayo en la Western Electric. Si, en efecto, la reunificaciónde las posturas de la empresa no puede llevarse a cabomás que con la pérdida de los salarios de base, que «abandonaron‘su’ sombra por los milagros de una participacióntramposa» (Borzeix y Linhart, 1998), hace falta vol<strong>ver</strong>a la situación anterior, la de la Western Electric, dond<strong>el</strong>a microcultura d<strong>el</strong> taller inventada por los asalariados, lalógica productiva «en <strong>el</strong> lugar donde se ejecuta, reorganiza,pero en la sombra» queda totalmente (y no sólo formalmente)subordinada a la otra lógica, la lógica d<strong>el</strong> costey la eficacia económica monopolizada por la dirección.Frente a la «comunidad» obrera –con<strong>ver</strong>tida en míticaseformula, novedosa, la OTRA patronal, ad<strong>ver</strong>sario abstractoque reúne a la vez la dirección d<strong>el</strong> taller, los ingenierosy <strong>el</strong> Estado mayor estratégico. Imagen retrógrada d<strong>el</strong>a lucha de clases, falta <strong>ver</strong> ahí dónde se juega actualmente, entre los criterios de gestión que determinan la«modernización» experimentada, con su cortejo de empleos precarios y de despidos.Proposiciones para una nueva sociología d<strong>el</strong> capitalLa demanda de una sociología de la empresa encerrada en las regulaciones locales y en las apuestas extra-económicas(la esfera d<strong>el</strong> trabajo cotidiano), al margen de las normas económicas centrales dominantes, esta demandapuede ser también positiva. Puede desembocar en dos apuestas y dos tareas de búsqueda para <strong>el</strong> sociólogo que noquiere dejarse encerrar en esta contradicción entre una crítica marginal de los criterios de gestión y una ingenieríasocial regida por las direcciones empresariales.Primera apuesta, primera tarea, la búsqueda de una articulación entre alternativas organizacionales y alternativasde gestión; segunda apuesta, segunda apuesta, la articulación entre los niv<strong>el</strong>es locales y los niv<strong>el</strong>es globales,las reglas locales y las reglas globales.ISSN: 1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comwww.youkali.netYOUKALI, 5 página 189 Un clásico, un regalo
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