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Es innecesario porque para producir una ruptura teóricacon la vieja ortodoxia como para abrir la posibilidadde una nueva práctica política, es imprescindible(y basta con) mostrar la profunda esclerosis y la barbariede pensamiento que supone mantener sus fórmulasy sus recetas, recuperando <strong>el</strong> <strong>ver</strong>dadero sentidomaterialista que no anida sólo en una determinada<strong>ver</strong>sión ortodoxa de la teoría d<strong>el</strong> valor. Es erróneo,simplemente, porque las tesis en la que se asienta esproblemática y es precisamente en dicha discusióndonde hallamos las líneas de fractura o bien las limitacionesde esta corriente:1. En principio y ante todo, ausencia de correspondenciaempírica entre lo enunciado y las realidades: noes un problema de las estadísticas, sino más bien deontologización de las descripciones locales y coyunturalesd<strong>el</strong> propio ámbito de los autores. Véase porejemplo la tan traída metáfora obrero masa-obrerosocial, surgida de la descripción de la emigraciónsur-norte y la proletarización de estas masas campesinasen las cadenas fordistas d<strong>el</strong> norte italiano,que ha acabado convirtiéndose en una categoría ontológicaaplicable a cualquier ámbito d<strong>el</strong> uni<strong>ver</strong>soproductivo, si no mundial al menos occidental.2. En segundo lugar, un cierto “proudhonismo”, porquese entiende <strong>el</strong> trabajo como una actividad humanagenérica (hacer cosas que produzcan bienes yservicios de utilidad para los demás) y al mismotiempo concreta. La unidad natural y original entreproductores y obras y entre individuos y comunidadesse encontraría coyunturalmente rota en <strong>el</strong> capitalismo(alineación, anomia, vampirismo) y necesariamentehabría de ser reconstruida sin esa pesadacarga que como lastre supone <strong>el</strong> capital. Peroen realidad <strong>el</strong> trabajo da cuenta de unas r<strong>el</strong>acionessociales históricamente específicas, aqu<strong>el</strong>las paralas cuales su determinación salarial sitúa a la actividadproductiva como mediación social dominantesobre <strong>el</strong> conjunto de las actividades sociales. Estoremite a la obra de Marx y sin embargo se contradicepunto por punto con lo hasta aquí planteado: nila emancipación posible consiste en la liberación d<strong>el</strong>trabajo humano de sus corsés capitalistas (ese trabajohumano es una realidad capitalista), ni <strong>el</strong> desarrollohistórico viene impulsado por una contradicciónesencial entre la producción (fuerzas productivas)y <strong>el</strong> mercado (r<strong>el</strong>aciones de producción).3. En tercer lugar porque <strong>el</strong> proletariado no es “autónomo”;no es cierto que su actuación en lo socialesté determinada por una lógica propia, por la lógicade la autovalorización: otra cosa distinta es quepretenda construir su socialización al margen de lavalorización capitalista. En este sentido <strong>el</strong> capitalno es pura fagotización de la productividad obrera:si algo es constituyente de realidad (de realidadmonstruosa, pero realidad: <strong>el</strong> mundo en <strong>el</strong> quevivimos) es <strong>el</strong> capital mismo; los tres tomos de ElCapital están escritos, precisamente, para demostrarlo(y logran hacerlo). La sociabilidad, que apareceríaaquí como <strong>el</strong> patrimonio exclusivo y armafundamental de la organización política frente a laasocialidad (mercantilización, individuación, deshumanización)que caracterizan al capital, no es unmonopolio de la clase obrera: <strong>el</strong> capital, la r<strong>el</strong>acióncapital-trabajo, también crea sociabilidad.4. La lógica de la separación, la que se ha manifestadoen las luchas obreras durante siglo y medio comoanh<strong>el</strong>o de ruptura de los marcos de la (re)produccióncapitalista, como anh<strong>el</strong>o de comunismo, nonecesita ser pensada como un necesario momentod<strong>el</strong> devenir dialéctico (y parece que es eso lo queestos autores hacen cuando convierten <strong>el</strong> paréntesisde método en determinación ontológica), ¿qué problema(teórico o político) encuentran en mantener<strong>el</strong> comunismo (<strong>el</strong> comunismo d<strong>el</strong> aquí y ahora, <strong>el</strong>comunismo de la afirmación presente) en <strong>el</strong> terrenode los objetivos? El proletariado no es expresión d<strong>el</strong>comunismo, no es comunidad libre (autónoma, autonormada)fagotizada por la avidez capitalista. Es,como <strong>el</strong> capital mismo, resultado de la articulaciónsocial capitalista con la que –como con <strong>el</strong> capitalmismo- hay que acabar cuanto antes.En nuestra opinión, la cuestión que se plantea es muyimportante, sobre todo porque si se toma en consideracióntiene consecuencias trascendentales. Señalaremossólo tres de <strong>el</strong>las:ISSN:1885-477Xwww.tierradenadieediciones.comwww.youkali.netYOUKALI, 5 página 23 Trabajo y valor

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