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Giulietta Simionato Las Sonatas de Scarlatti Glenn Gould ... - Scherzo

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LIBROSTres enfoquesHONEGGER Y ROPARTZ146No todas las biografías tienen elmismo interés <strong>de</strong> partida. Medirán uste<strong>de</strong>s que tampoco losaben captar todos los biógrafos.De los libros aquí reseñados, hayque <strong>de</strong>stacar el superior interés <strong>de</strong>lperiplo <strong>de</strong> Honegger con respecto al <strong>de</strong>Ropartz. Jacques Tchamkerten trazauna excelente peripecia <strong>de</strong>l compositorsuizo nacido en Le Havre en 1892 (supadre, comerciante, estaba <strong>de</strong>stinadoen el puerto francés). Lo hace bien,pero juega con cierta ventaja: Honeggeres contemporáneo <strong>de</strong> <strong>de</strong>masiada genteinteresante, aparte <strong>de</strong> su propio interés.No le suce<strong>de</strong>n gran<strong>de</strong>s cosas, aunquealgunas <strong>de</strong> ellas sean conmovedoras.Su carrera no conoce gran<strong>de</strong>s obstáculos.Y no hay nada realmente dramáticoen esa vida hasta que al término <strong>de</strong> laOcupación se le pasa factura porsupuesta actitud “colabó”. Mentira, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>luego, pero la abundancia <strong>de</strong> casoscomo esta falsa acusación echó por tierraalgo que los franceses tendrían quehaber sabido administrar mejor: la<strong>de</strong>puración <strong>de</strong> los verda<strong>de</strong>ros culpables,la mayoría <strong>de</strong> los cuales se “fueron<strong>de</strong> rositas”. Sorpren<strong>de</strong> en este librocierto fragmento <strong>de</strong> Rebatet, periodistacolabó, entusiasta antisemita que escribíaen el siniestro Je suis partout; le perdonala vida a Honegger y recuerdatodos sus pecados pro-judíos, entreellos su trabajo con Ida Rubinstein, susobras semitas como El rey David, comoJudith. Por lo <strong>de</strong>más, los músicos nofueron consi<strong>de</strong>rados peligrosos durantela Ocupación ni especialmente proalemanestras la liberación.Honegger pertenece a las últimasgeneraciones vanguardistas <strong>de</strong> principios<strong>de</strong> siglo, es uno <strong>de</strong> los NouveuxJeunes, pertenece al Grupo <strong>de</strong> los Seis,es contemporáneo <strong>de</strong> los Surrealistas, esuno <strong>de</strong> los protagonistas <strong>de</strong>l relevogeneracional y estético que <strong>de</strong>ja atrástanto a Vincent d’Indy como a Clau<strong>de</strong>Debussy (bueno, es un <strong>de</strong>cir); y que esamigo <strong>de</strong> gentes como Milhaud, Valéry,Clau<strong>de</strong>l, Morax o Sacher; entre otrosmuchos. Sólo por eso su biografía yatendría un interés. Es, a<strong>de</strong>más, suizo <strong>de</strong>vocación francesa, y tanto Francia comoSuiza lo consi<strong>de</strong>ran suyo. Esa doble adscripciónle vino muy bien a su carrera,porque le llovieron encargos <strong>de</strong> amboslados <strong>de</strong> la frontera, lo que potenció sucarrera internacional. A<strong>de</strong>más, Honeggernunca se tomó en serio lo <strong>de</strong> la“música mueble”, nunca comulgó conpropuestas <strong>de</strong> <strong>de</strong>spojamiento radicalcomo las propuestas por Cocteau en Elgallo y el arlequín; lo que no le impidiócolaborar asiduamente con el poeta ydramaturgo. Tchamkerten analiza con<strong>de</strong>talle las obras más <strong>de</strong>stacadas <strong>de</strong>lcompositor, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la temprana y afortunadaEl rey David hasta Una cantata <strong>de</strong>Navidad. Y repasa su i<strong>de</strong>ario, su pensamiento,su manera <strong>de</strong> ver la música. Ycompren<strong>de</strong>mos por qué, <strong>de</strong> los Seis, esel que no quiere romper con el pasado,sino vincularse a él y enraizarse en él.Admiró muy pronto tanto a Schoenbergcomo a Stravinski, pero apenas se <strong>de</strong>jóseducir por ellos en alguna pieza concreta.Fue Honegger tradición y mo<strong>de</strong>rnidada un tiempo, y a menudo equilibrioentre los gustos <strong>de</strong>l gran público yotros más exigentes. Pronto fue consi<strong>de</strong>radoun clásico. Sufrió, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>las presiones <strong>de</strong>puradoras, otra <strong>de</strong>puraciónque no le alcanzó <strong>de</strong>masiado porquemurió pronto: la <strong>de</strong> la vanguardia<strong>de</strong> posguerra. Pero él falleció en 1955.En esos años, alguno <strong>de</strong> sus compañeros<strong>de</strong>l Grupo <strong>de</strong> los Seis se acercaba enestética a lo que él había hecho siempre;por ejemplo, Poulenc y sus Carmelitas.No es que fueran estéticas comparables.Lo comparable era la actitud. Elcompositor <strong>de</strong> Les biches no podía componerlas Carmelitas. Pero acabó componiéndolas.En ese sentido, Honeggerprescindió pronto <strong>de</strong> muecas mo<strong>de</strong>rnizantes.Esto, entre otras muchas cosas,nos lo explica Tchamkerten en su excelentebiografía.Honegger perdió pronto a suspadres. Como complemento a la biografía,la misma editorial presenta un voluminosoe interesante libro <strong>de</strong> Honegger,Cartas a sus padres (1914-1922), en elque <strong>de</strong>scubrimos al Honegger juvenilque terminaba sus estudios, que empezabaa abrirse camino, que recibía susprimeros encargos, que triunfaba con Elrey David. Es Honegger entre los 22 ylos 30 años. No po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>tenernos enel enorme interés documental <strong>de</strong> estascartas, en el esbozo <strong>de</strong> primeras opinionesestéticas ya <strong>de</strong> primera madurez.Señalemos que están editadas con suhabitual rigor por Harry Halbreich, quea<strong>de</strong>más incluye un prólogo sobre lafamilia Honegger y otro sobre los añosanteriores a estas cartas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el nacimiento<strong>de</strong>l compositor. Palabras siemprepenetrantes las <strong>de</strong> Halbreich, quesitúan perfectamente los documentos. Ellibro incluye 130 cartas, año a año; cartas<strong>de</strong> interés muy diverso, en algunas<strong>de</strong> ellas bastante elevado. HalbreichJACQUES TCHAMKERTEN:Arthur Honegger ou l’inquiétu<strong>de</strong><strong>de</strong> l’espérance. Ginebra, EditionsPapillon, Mélophiles, nº 19, 2005.262 págs.ARTHUR HONEGGER: Lettres àses parents (1914-1922). Prefacioy notas <strong>de</strong> Harry Halbreich.Ginebra, Editions Papillon, 7 èmeNote, 2005. 344 págs.MATHIEU FEREY ET BENOITMENUT: Joseph-Guy Ropartz.Ginebra, Editions Papillon,Mélophiles nº 18, 2005, 168 págs.finaliza el libro con un catálogo cronológico<strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> Honegger hasta1922, y dos índices <strong>de</strong> gran utilidad.La vida <strong>de</strong> Joseph Guy Ropartz fuemucho más larga que la <strong>de</strong> Honegger:nace 32 años antes y muere el mismo1955. Pero el libro <strong>de</strong> Ferey y Menut lapresenta en muchas menos páginas.Hay que recordar que la obra <strong>de</strong>Ropartz habitó el purgatorio durantebastante tiempo. No era <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>rnos,en ningún sentido. Era uno representante<strong>de</strong> la Schola Cantorum, <strong>de</strong> lasten<strong>de</strong>ncias d’indystas, franckianas. Losque habían recibido un vapuleo trasotro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Debussy en a<strong>de</strong>lante, pasandopor los Seis y otros muchos. La vanguardia<strong>de</strong> posguerra ni se molestó enellos. Con el tiempo, estos tardorrománticosresurgen porque cambian lasperspectivas y las propias institucionesmusicales precisan renovarse tantohacia el futuro como hacia el pasado.Que es imprevisible, como bien sabemos.Y ahí surge y resurge Ropartz, quenunca estuvo olvidado, pero que estuvoapartado mucho tiempo. En el purgatorio,si es que existe.A los 30 años, al bretón Ropartz lonombran director <strong>de</strong>l Conservatorio <strong>de</strong>Nancy, y allí se pasa casi tres décadas

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