12.07.2015 Views

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Miguel Ángel Sáez Gutiérrez «Marino» RamonaVoy a dedicar unas palabras al departamento de recursos humanos de ciertasempresas, más dignos de llevar el sobrenombre de recursos marranos, puesparecen creer que gestionan a los cerdos en lugar de a los humanos.Estos departamentos de recursos marranos, deberían seleccionar, contratar,formar, emplear y tratar de retener a los colaboradores de la organización, loque no se suele especificar es las artes utilizadas para ello, por sus artesempleadas bien se tienen ganado el sobrenombre que yo les doy, el derecursos marranos, no por con quien creen que tratan, que no son más quevíctimas, sino por la especie a la que pertenecen los miembros de dichosdepartamentos.Ni que decir tiene, aunque lo apunto para evitar confusiones, que estoycompletamente seguro que existirán en este nuestro planeta departamentosde recursos humanos que trabajen honradamente, pero también he deconfesar, que en mis quince años de carrera profesional, jamás me heencontrado con uno que se merezca dicho nombre.Incluso algunos miembros de estos departamentos de recursos marranos, alos empleados nos han rebautizado igualmente, ahora nos llaman recursos,dicen a las empresas de servicios, ¿cuántos recursos necesitan?, te mandoquince, ¿tienes suficientes?, si se faltan incluso les damos permiso para quelos partan por la mitad, de este modo rinden el doble.Repito que no les denomino recursos marranos porque trabajen con cerdos,sino por los las artimañas con las que tratan a sus empleados más propias delgénero porcino, que como ustedes saben, no se caracterizan por su limpieza.Pues bien acostumbrado estaba en aquellos años a ser utilizado como untrozo de carne con patas, motivo por el cual ansiaba si cabe con mayorintensidad la proximidad del periodo vacacional, en el cual viajaba lo máslejos posible de aquellos recursos marranos, que incluso utilizaban miteléfono móvil para tenerme localizado y disponible en todo momento paracualquier emergencia empresarial que pudiera surgir.Llegadas mis vacaciones viajaba lejos en busca de relax, siendo un destinomuy frecuentado por mí el de las Islas Canarias, un lugar en que sus gentessolían ser sencillas y humildes, con las que daba gusto tratar y conversar.En uno de estos viajes, en el sur de la isla de Tenerife, conozco a Ramona deun modo un tanto peculiar, estaba recogiendo mi toalla tras darme un bañoen la playa con la intención de darme una ducha refrescante en el hotel antesde cenar, cuando oigo a gente gritar y veo un tumulto formado a la orilla, enese preciso instante miro hacia el agua y veo un cuerpo luchando contra lasolas y que al contrario de acercarse, cada vez se aleja más de la playa.Tomo mis gafas de bucear, al llegar a la orilla me las pongo y a la velocidaddel rayo me lanzo al agua, cuando mi cabeza entra en contacto con el agua,recuerdo perfectamente aquel momento mi experiencia marina en Mojácar.- 176 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!