12.07.2015 Views

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Miguel Ángel Sáez Gutiérrez «Marino» Recientemente me preguntaba cuál será el número de habitantesirrespetuosos, a los que por analogía podríamos denominar ratas, a los quetocamos los habitantes respetuosos de mi ciudad.Desde luego doy fe que el número de irrespetuosos es mayor que el derespetuosos, puedo asegurarlo por un hecho ocurrido recientemente que meha dado la razón, de hecho, les invito a que hagan ustedes la prueba paraverificar que por desgracia son ciertas mis palabras.¡Qué salten las alarmas sociales!, ¿pueden creerlo ustedes?, cuando acabo deescribir que salten las alarmas, imagino que por efecto del calor que haceahora mismo, o tal vez por la excesiva curiosidad de algún merodeador,acaba de saltar una alarma, que quede como un hecho anecdótico, pero queluego no me digan a mí que las meigas no existen.Como decía, ¡Qué salten las alarmas sociales!, mira por donde, ahora lasmeigas se fueron a dormir, que salgan los analistas de sus escondrijos, porcierto, siempre hablan de ellos y jamás he conocido a nadie de profesiónanalista, al menos analista social, pues doy fe que existen analistasinformáticos, y también clínicos.No deberían llamar a determinadas profesiones con el mismo nombre, puesaños atrás una enfermera nos oyó comentar a varios compañeros de launiversidad algo referente al análisis y creyó que éramos analistas clínicos ynos ofreció trabajo.Pues vamos a darle trabajo a los analistas sociales, la alarma está al rojo vivo,la falta de respeto es un hecho en crecimiento y deberían ponerse todos losmedios necesarios para atajar el problema, el peligro es inminente.Vamos a los hechos, recientemente escribí un correo electrónico por error acincuenta de mis contactos, no había ninguna duda que me habíaequivocado de destinatarios, pues no era a ellos a quienes iba dirigido aquelmensaje.Inmediatamente me apresuré a rectificar y pedir disculpas por el errorcometido, no pueden llegar a imaginarse el porcentaje de contestaciones querecibí, todo un éxito, de hecho consideraría el experimento como a tener encuenta por los realizadores de las campañas electorales, el porcentaje departicipación es absoluto.Otro tema es el tipo de mensajes que recibí, ya que hemos mentado losporcentajes, de cincuenta correos me contestaron cuarenta irrespetuosos yuno solo de ellos fue respetuoso y transigente conmigo.A este paso, el día que encontremos a una persona respetuosa le deberemosdar un nuevo premio nobel, posiblemente les llegue a parecer ridículo, perosi algún día me dieran un premio nobel, desearía que fuera del respeto, quefeliz me haría que alguien me comunicara que me otorgan el premio nobeldel respeto, no por el hecho de que me consideraran respetuoso, si noporque al menos sería un modelo a seguir por otros.- 82 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!