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Miguel Ángel Sáez Gutiérrez «Marino» Las PalmasSalí de mi casa de Madrid con el frio de Enero, llevaba menos ropa de lonormal en esas fechas porque me dirigía al aeropuerto con destino a LasPalmas. Apenas llevaba puesto una chaqueta de punto.Aterricé a mediodía en Las Palmas, iba a conocer a la que por aquelentonces ya era mi novia, aunque todavía no habíamos tenido aún ocasiónde vernos en persona. Ella se llama Ana, es enfermera y es canariadescendiente de venezolanos.Nos conocimos por internet, frecuentaba entonces un chat de Latinoaméricaen el que pude conocer gente muy respetuosa y amable. Tal vez elegí unchat latino, algo cansado de insultos y faltas de respeto que encontraba enlos chat españoles.La mayoría de las personas que conocí en aquel chat eran de Latinoamérica,en aquellos chats podías hablar sin necesidad de buscar pareja, simplementepara hablar de diversos temas.Recuerdo con mucho cariño a una niña de Costa Rica, al conocerla meconfundió su manera de pensar, la creí mucho mayor de lo que era, tan solocontaba con once años, pero tenía una forma de pensar de alguien conmucha madurez.Me envió una foto con su perrito, era una niña muy respetuosa y meresultaba muy agradable hablar con ella. Al hablar días después con supadre, pude saber muchas más cosas sobre ella, tenía un coeficienteintelectual muy alto, no me extrañó en absoluto, había dado muestras de elloen sus muchas conversaciones conmigo.Uno de los días que hablé con ella, me dijo que esperase, se le había caído lacobija (su manta), le pregunté que si tenía frio, me dijo que estaba un pocoresfriada.Me di cuenta a los pocos días de hablar con ella, que no debía tenerdemasiados amigos y había encontrado uno a miles de kilómetros. No heoído hablar a los costarricenses e ignoro su manera de expresarse, lo que sipude advertir de mi nueva pequeña amiga, es que su forma de expresarse merecordaba bastante a los textos que alguna vez había leído de castellanoantiguo.Al preguntarle por sus amigos, me decía que no se entendía muy bien conellos, en realidad se relacionaba poco, había asumido que el hecho de teneruna capacidad intelectual muy elevada, casi la convertía en una personamayor con cuerpo de niña.Después de días de conversaciones, ella comenzó a relacionarse más con susamigos, entendió que el hecho de estar más capacitada no debería ser unatraba sino que podía ayudarla a lo largo de su vida y que por ello, no dejabade ser niña.- 202 -

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