12.07.2015 Views

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Miguel Ángel Sáez Gutiérrez «Marino» Llegó el momento en que nos trajeron los Gnocchis, sacamos un euro cadauno y lo pusimos debajo del plato como mandaba la tradición y continuamoscenando y disfrutando de la conversación.Cuando te encuentras a gusto con una persona el tiempo pasa muy rápido,cuando fuimos a pagar, me pidió por favor que le permitiera pagar a ella lacena a lo que accedí, su noble gesto me hizo brillar los ojos.Si antes podría asegurar que era la mujer más elegante y culta con la quehabía cenado hasta la fecha, de lo que no tenía la menor duda, es que setrataba de la primera mujer que me invitaba a cenar.Le agradecí mucho la invitación, especialmente en las circunstanciaseconómicas no del todo buenas en las que me encontraba en aquelmomento, entonces pensé que seguramente aquella mujer había recibidouna educación exquisita.Fuimos paseando un rato hasta un lugar para tomar un taxi, me ofrecí aacompañarla ya que yo tenía que volver a mi casa y por aquel entonces notenía demasiado control de los autobuses nocturnos.Le acompañé a su casa en taxi y no permití que pagara ella esta vez, ya mehabía parecido demasiado con su ofrecimiento de pagar la cena, de todosmodos tenía pensado regresar a casa en taxi y no me importaba que lacarrera pudiera salirme algo más cara por acercarla.Salí para despedirme y aproveché el momento para decirle lo guapa, educaday simpática que era y le pregunté qué era lo que pensaba de mí, me contestóque era muy simpático y agradable y que había pasado una velada muyagradable conmigo.Me sonrió y se despidió con dos besos, en aquel momento obtuve lainformación que quería saber, si tan solo se trataba de una cena de amistad otal vez algo más.Me dejó claro que aquella era tan solo una cena de amistad y agradecímucho su sinceridad, pensé entonces que me encontraba ante una personade pensamientos muy nobles e ideas muy claras. El hecho de poderexponerle mis inquietudes con facilidad y claridad, me hizo sentir realmentecómodo.Aunque sabía que tal vez sería la última vez que la vería por esa miradainconfundible, le agradecí todo lo que había regalado esa noche, que para mítenía un valor incalculable, hasta la sinceridad del último momento laagradecí de corazón.Cuando tienes una cita y te quedas con la duda de que tal vez te hubierafaltado un poco más de arrojo para seducir a la chica, la sensación que suelaprimar es de desilusión, sin embargo en aquella cita quedé satisfecho, habíasido exprimida hasta la última gota, era consciente de que tocaba retirada,mi sensación al regresar a casa era de felicidad.- 217 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!