12.07.2015 Views

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Miguel Ángel Sáez Gutiérrez «Marino» Durante el trayecto, uno de los policías nos dijo que si llevábamos droga,previo pago de la cantidad de cien mil pesetas, olvidarían el asunto y nosdejarían en libertad, dejándonos llevar la droga con nosotros.Les informamos que no llevábamos droga, que tan solo éramos turistas quehabíamos ido a visitar la ciudad y a comprar unos regalos, entonces nosinformó que iban a proceder a hacernos unas placas.Esto me alarmó un poco, pues había oído alguna vez en mi barrio, que hauno que se bajó al moro a por chocolate, le había metido la mano en el culopara explorarle y le habían sacado de todo menos chocolate.Afortunadamente en nuestro caso particular no hubo exploración, tan solonos pasaron por un aparato de rayos x, otro de mis temores, dado que habíaconstatado que nos encontrábamos ante un caso de corrupción policial, eraque nos colocaran algo de droga entre los regalos y dijeran que nos habíanpillado con droga.Pero hubo suerte y salimos airosos, aunque me prometí que jamás volvería avisitar aquella ciudad, que por otro lado, que me disculpen los ceutíes, perodesde luego no es una ciudad muy bonita que digamos.Días más tarde estuvimos en rota, es una base norteamericana y pudimospracticar el inglés, resultaba curioso el hecho de pagar con moneda españolay que los camareros solo hablaran inglés.Estuvimos jugando al billar americano, en el billar más grande que jamáshaya visto, realmente si no llega a ser por el hecho de que pagábamos enpesetas, se podría pensar que estábamos en un bar de carretera de Arizona.Antes de proseguir nuestro viaje hacia a Málaga con destino Pedreguer, nosé muy bien si debido al susto de la aduana ceutí o por qué ya estábamos unpoco cansados, aunque nos quedaban aún muchas vacaciones, decidimosque sería buena idea regresar a Madrid.No visitamos a nuestras amigas ni tampoco ellas vinieron a Madrid a vernos,así es que no las volvimos a ver, pero pasamos el resto de vacaciones ennuestra propia ciudad, algo que resultó mucho mejor de lo que podíamospensar.Prácticamente salíamos a diario con la ventaja de que íbamos a los sitiosdonde nos conocían, cómo olvidar a nuestra amiga de ese garito de Huertasllamado el Ayuntamiento, una chica que siempre nos regalaba su bellasonrisa a parte de alguna que otra copa.Fuimos al Claxon, otro de nuestros garitos clásicos, hasta nos permitimos ellujo de ir a un garito que una chica nos daba invitaciones pero nunca íbamosy se llamaba Donde Siempre, al que nosotros llamábamos Donde SiempreNunca Vamos.Pero no podía faltar mi visita preferida, a mi amiga del karaoke «Mari Toñi».- 58 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!