12.07.2015 Views

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Miguel Ángel Sáez Gutiérrez «Marino» Aunque puse mucho empeño en el acondicionamiento del sonido para lafiesta que iba a acontecer, no podía imaginar ni por asomo lo que horas mástarde ocurriría en aquel patio de un pueblo olvidado de la alcarriaconquense.Debido al olor de la paella, primeros toques de guitarra y que según lasinstrucciones que yo daba a los paisanos, micrófono en mano, respecto a laelaboración del guiso, todo indicaba que ya estaba a su punto de arroz.Acudieron lugareños de debajo de las piedras de modo que tuvieron quehacerse otras tres paellas más, encargo a cuenta de los nuevos paisanos queiban llegando.Los de la primera paella, una vez saciada nuestra hambre y sed, tomamos losinstrumentos en mano y comenzamos un concierto que duró hasta lamadrugada del día siguiente, cuando unos paraban, otros cogían losinstrumentos, no podía imaginar que ese pueblo tan pequeño encerrara tantomúsico por metro cuadrado.Para la cena se avivó el fuego sobre las cenizas de la comida con nuevosleños, se trajeron productos de la tierra, a saber, chorizos en aceite, morro ycareta de cerdo, morcilla, panceta, queso, vino, pan de pueblo y demásmanjares.Para beber se elaboró una sangría muy fresca y realmente deliciosa, hubo unmomento en que un paisano se arrancó a contar chistes y de ese mododescansaron los músicos, las risas y el jaleo podía oírse a varios kilómetros ala redonda.Es muy probable que a lo largo de toda la noche se sumara a la fiesta gentede otros pueblos, porque hubo un momento que se veía tanta gente dentrodel patio que costaba diferencia si no estábamos en alguna de las discotecasal aire libre de los pueblos de la sierra de Madrid.A la mitad de la noche se unió a la fiesta un anciano de unos noventa años,pensando que eran las fiestas del pueblo se metió en el patio, cantó, bailó yse metió para dentro un bocadillo de panceta y un par de vasos de sangríapara que entrara bien el bocadillo.El anciano se lo pasó en grande, pero tuvo la imprudencia de ponerse acantar micrófono en mano alguna melodía popular que hizo que su familiase percatara que se había escapado.Nos contó una nieta suya que había estado dando la lata todo el día con quequería salir a las fiestas, esperó hasta la noche en que se acostaron todos ycuando ya nadie podía impedirle su objetivo, se unió a la fiesta.Al día siguiente nos dijo su nieta que casi hubiera sido mejor dejarle en lafiesta porque se pasó toda la noche cantando y no dejó pegar ojo a nadie,uno de sus hijos, harto de no poder dormir, quiso llevarle de nuevo a la fiesta,aunque su nieta se negó rotundamente a que saliera de nuevo.- 30 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!