12.07.2015 Views

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

Descargar original - Ediciona

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Miguel Ángel Sáez Gutiérrez «Marino» He aquí un ejemplo de diferencia cultural, cuando los ingleses se recogían,nosotros salíamos de marcha, por fortuna, nuestros vecinos portuguesestambién preferían la noche para salir a divertirse.El Corrales marchoso cambió de registro, de repente, comenzó a hablar enportugués y se pasó la noche entera hablando así, aprovechamos lacircunstancia para que preguntara a los lugareños por una discoteca.Corrales:Portugués:Corrales:¿Uma discotecao por aquao bacalao?Esta rua é o clube Kiss.Muy abrigao, senhor.Al llegar a la discoteca nos encendimos todos nuestros puros y creamos unambiente londinense, bailamos, reímos, cantamos toda la noche y a lamañana siguiente nos faltaba Corrales, la última vez que le vimos entablandorelación con sus nuevos paisanos.El Atlético andaba muy preocupado y tratamos de tranquilizarle diciendoque ya llegaría, a la hora de comer apareció hablando ya español, nos contóque se despertó en el césped de un chalet junto a una piscina, arropado conuna manta, lo que no recordaba es cómo pudo llegar a ese lugar, algo quenunca llegó a saber.Creemos que alguno de sus paisanos le llevó a su casa y allí perdió elconocimiento, tal vez temiendo que pudiera enfriarse en su estado, lesacaron una manta y le arroparon, cuando despertó vino a toda prisa alapartamento.Después de comer y todos tranquilos por la feliz aparición de Corralesdormimos una siesta de catorce horas, despertando justo para la excursión alcabo de San Vicente, haciendo parada en Lagos para comer.Era algo más cara la comida allí, sin embargo preguntamos a unos lugareñosque nos recomendaron un bar escondido en una callejuela, nos sacaron unpescado riquísimo y en abundancia, yo me comí dos pescadillas bienhermosas pensando que solo me pondrían una.Cuando regresamos nos cenamos una mariscada para nueve con vinoblanco, cuando empezaron a sacar bandejas confieso que llegué a asustarme,sobre todo al ver el gambón rojo, producto que solo había visto por elmediterráneo y a unos precios desorbitados.Al traer la cuenta, nos sorprendieron una vez más nuestros vecinos con losprecios asequibles para la calidad del producto, quedé muy sorprendido deltrato maravilloso de nuestros vecinos, es uno de los lugares que tengo enmente repetir, aunque imagino que en cuestión de precios, todo habrácambiado bastante.Al regresar a Madrid me di cuenta que apenas no había intimado conAlmudena, ya se había apagado ese fuego que nos embriagaba.- 26 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!