28.01.2016 Views

50sombras 168

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Así que te gradúas esta semana… —me dice Grace.<br />

—Sí.<br />

Empieza a sonar mi móvil. Apuesto a que es Kate.<br />

—Disculpadme.<br />

El teléfono está en la cocina. Me acerco y lo cojo de la barra sin mirar quién me<br />

llama.<br />

—Kate.<br />

—¡Dios mío! ¡Ana!<br />

Maldita sea, es José. Parece desesperado.<br />

—¿Dónde estás? Te he llamado veinte veces. Tengo que verte. Quiero pedirte<br />

perdón por lo del viernes. ¿Por qué no me has devuelto las llamadas?<br />

—Mira, José, ahora no es un buen momento.<br />

Miro muy nerviosa a Christian, que me observa atentamente, con rostro<br />

impasible, mientras murmura algo a su madre. Le doy la espalda.<br />

—¿Dónde estás? Kate me ha dado largas —se queja.<br />

—En Seattle.<br />

—¿Qué haces en Seattle? ¿Estás con él?<br />

—José, te llamo más tarde. No puedo hablar ahora.<br />

Y cuelgo.<br />

Vuelvo con toda tranquilidad con Christian y su madre. Grace está en pleno<br />

parloteo.<br />

—… y Elliot me llamó para decirme que estabas por aquí… Hace dos semanas<br />

que no te veo, cariño.<br />

—¿Elliot lo sabía? —pregunta Christian mirándome con expresión indescifrable.<br />

—Pensé que podríamos comer juntos, pero ya veo que tienes otros planes, así<br />

que no quiero interrumpiros.<br />

Coge su largo abrigo de color crema, se lo pone y le acerca la mejilla. Christian<br />

la besa rápidamente. Ella no le toca.<br />

—Tengo que llevar a Anastasia a Portland.<br />

—Claro, cariño. Anastasia, un placer conocerte. Espero que volvamos a vernos.<br />

Me tiende la mano con ojos brillantes, y se la estrecho.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!