28.01.2016 Views

50sombras 168

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Gracias, Joe —le contesta Christian con una cálida sonrisa.<br />

Vaya, alguien que merece que Christian lo trate con educación. Quizá no trabaja<br />

para él. Observo al anciano asombrada.<br />

—Vamos —me dice Christian.<br />

Y nos dirigimos al helicóptero. De cerca es mucho más grande de lo que<br />

pensaba. Suponía que sería un modelo pequeño, para dos personas, pero tiene<br />

como mínimo siete asientos. Christian abre la puerta y me señala un asiento de los<br />

de delante.<br />

—Siéntate. Y no toques nada —me ordena subiendo detrás de mí.<br />

Cierra de un portazo. Me alegro de que toda la zona alrededor esté iluminada,<br />

porque de lo contrario apenas vería nada en la cabina. Me acomodo en el asiento<br />

que me ha indicado y él se inclina hacia mí para atarme el cinturón de seguridad.<br />

Es un arnés de cuatro bandas, todas ellas unidas en una hebilla central. Aprieta<br />

tanto las dos bandas superiores que apenas puedo moverme. Está pegado a mí,<br />

muy concentrado en lo que hace. Si pudiera inclinarme un poco hacia delante,<br />

hundiría la nariz entre su pelo. Huele a limpio, a fresco, a gloria, pero estoy<br />

firmemente atada al asiento y no puedo moverme. Levanta la mirada hacia mí y<br />

sonríe, como si le divirtiera esa broma que solo él entiende. Le brillan los ojos. Está<br />

tentadoramente cerca. Contengo la respiración mientras me aprieta una de las<br />

bandas superiores.<br />

—Estás segura. No puedes escaparte —me susurra—. Respira, Anastasia<br />

—añade en tono dulce.<br />

Se incorpora, me acaricia la mejilla y me pasa sus largos dedos por debajo de la<br />

mandíbula, que sujeta con el pulgar y el índice. Se inclina hacia delante y me da un<br />

rápido y casto beso. Me quedo impactada, revolviéndome por dentro ante el<br />

excitante e inesperado contacto de sus labios.<br />

—Me gusta este arnés —me susurra.<br />

¿Qué?<br />

Se acomoda a mi lado, se ata a su asiento y empieza un largo protocolo de<br />

comprobar indicadores, mover palancas y pulsar botones del alucinante<br />

despliegue de esferas, luces y mandos. En varias esferas parpadean lucecitas, y<br />

todo el cuadro de mandos está iluminado.<br />

—Ponte los cascos —me dice señalando unos auriculares frente a mí.<br />

Me los pongo y el rotor empieza a girar. Es ensordecedor. Se pone también él los<br />

auriculares y sigue moviendo palancas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!