28.01.2016 Views

50sombras 168

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Pues me parece que eso lo has entendido al revés —dice.<br />

—¿El qué?<br />

—Ay, Anastasia, eres tú la que me ha hechizado. ¿Es que no es obvio?<br />

No, para mí no. Hechizado. La diosa que llevo dentro está boquiabierta. Ni<br />

siquiera ella se lo cree.<br />

—Todavía no has respondido a mi pregunta. Mándame un correo, por favor.<br />

Pero ahora mismo. Me gustaría dormir un poco. ¿Me puedo quedar?<br />

—¿Quieres quedarte?<br />

No puedo ocultar la ilusión que me hace.<br />

—Querías que viniera.<br />

—No has respondido a mi pregunta.<br />

—Te mandaré un correo —masculla malhumorado.<br />

Poniéndose en pie, se vacía los bolsillos: BlackBerry, llaves, cartera y dinero. Por<br />

Dios, los hombres llevan un montón de mierda en los bolsillos. Se quita el reloj, los<br />

zapatos, los calcetines, y deja la americana encima de mi silla. Rodea la cama hasta<br />

el otro lado y se mete dentro.<br />

—Túmbate —me ordena.<br />

Me deslizo despacio bajo las sábanas con una mueca de dolor, mirándolo<br />

fijamente. Madre mía, se queda. Me siento paralizada de gozoso asombro. Se<br />

incorpora sobre un codo, me mira.<br />

—Si vas a llorar, llora delante de mí. Necesito saberlo.<br />

—¿Quieres que llore?<br />

—No en particular. Solo quiero saber cómo te sientes. No quiero que te me<br />

escapes entre los dedos. Apaga la luz. Es tarde y los dos tenemos que trabajar<br />

mañana.<br />

Ya lo tengo aquí, tan dominante como siempre, pero no me quejo: está en mi<br />

cama. No acabo de entender por qué. Igual debería llorar más a menudo delante<br />

de él. Apago la luz de la mesita.<br />

—Quédate en tu lado y date la vuelta —susurra en la oscuridad.<br />

Pongo los ojos en blanco a sabiendas de que no puede verme, pero hago lo que<br />

me dice. Con sumo cuidado, se acerca, me rodea con los brazos y me estrecha<br />

contra su pecho.<br />

—Duerme, nena —susurra, y noto su nariz en mi pelo, inspirando hondo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!