14.02.2017 Views

articles-178053_archivo_PDF_libro_desarrolloinfantil

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Descubriendo el desarrollo de<br />

los niños y las niñas en la primera infancia<br />

Diversos tipos de emociones compartidas están presentes<br />

en el sinnúmero de actividades que se tejen<br />

entre cuidador-bebé; por ejemplo, las emociones<br />

de tipo fisiológico: hambre, sed, sueño, cansancio,<br />

etc., de tipo sensorial: calor, frío o de tipo afectivo:<br />

lo que le gusta o disgusta. Entendiendo tal contexto,<br />

la experiencia del amamantamiento es una de las<br />

primeras relaciones madre-bebé de profundo significado<br />

afectivo.<br />

En estos intercambios emocionales también se<br />

observa el “apego” que manifiestan los bebés por<br />

sus cuidadores, en él que las risas, las caricias, los<br />

abrazos y otras formas de contactos corporales son<br />

utilizados como expresiones de la relación entre<br />

ellos. Esas interacciones crean un vínculo de naturaleza<br />

emocional que brinda a los bebés un ambiente<br />

de aprendizaje propicio para la exploración<br />

del mundo social y físico. Los padres o cuidadores<br />

pueden aprovechar esos espacios para introducirlos<br />

al mundo de las actividades y de los ‘haceres’ y<br />

‘saberes’, reconociendo que tienen enormes capacidades<br />

para empezar a enfrentarse a las situaciones<br />

de la vida diaria.<br />

Posiblemente, como resultado de las relaciones<br />

afectivas, hacia los cuatro meses aparece la “visión<br />

conjunta”, cuando el cuidador y el bebé dirigen la<br />

mirada y su atención a un mismo objeto o acontecimiento.<br />

Al compartir la mirada con el adulto, comprende<br />

que ésta se dirige hacia una ubicación espacial<br />

específica y además, interpreta la intención del<br />

cuidador como un llamado de atención para que<br />

dirija la mirada hacia un aspecto específico del entorno.<br />

Es así, como en la interacción cuidador-bebé<br />

surge una capacidad productiva de comunicación.<br />

Poder “conversar” con los bebés, les da una posición<br />

particular: ser copartícipes en la comunicación.<br />

No obstante, la comunicación cara a cara,<br />

tan fascinante para los cuidadores, cede su lugar<br />

para dar cabida a los otros, a diferentes personas, a<br />

objetos y situaciones e introduce a los bebés en el<br />

mundo social y en la realidad en general.<br />

Aproximadamente, entre los seis y los ocho meses,<br />

se inicia la acción y la atención conjuntas entre el<br />

cuidador y el bebé. En ella, el adulto lo invita a dirigir<br />

su mirada hacia una situación, persona u objeto,<br />

para hacerlo partícipe de ese evento. Así, el cuidador<br />

establece una experiencia triangular en la que<br />

actúan tres entidades, el Yo (bebé), el Tú (cuidadora),<br />

y Él, que se refiere a otras personas, a objetos y<br />

a eventos o situaciones. En esta interacción triangular,<br />

el lenguaje tiene un papel fundamental porque<br />

el cuidador y el bebé hablan de algo o de alguien y<br />

de aquello que lo caracteriza.<br />

Esta relación Yo-Tú-Él inicialmente es propuesta<br />

por el adulto, quien le ’exige’ al bebé mirar y atender<br />

aquello que puede interesarle y quien debe<br />

mantener esta acción hasta el momento en que observa<br />

un cambio en su comportamiento. Igualmente,<br />

el bebé dirige su mirada y captura la atención<br />

del adulto sobre aquello que le interesa, generando<br />

en este último una interpretación sobre los deseos<br />

e intenciones que determinan su actuar: nombrar<br />

aquello que miran, hacerle preguntas, pasarle el<br />

objeto, comentarle sobre las características de lo<br />

observado son formas de comunicarle que se entiende<br />

lo que quiere ‘decir’.<br />

Este cambio de rol en la situación comunicativa nos<br />

muestra que los bebés han construido regularidades<br />

que orientan sus acciones y los efectos de las<br />

mismas: intervienen siguiendo los turnos, comparten<br />

la visión del mismo objeto y vuelven tema de<br />

conversación el objeto, evento o persona que comparten.<br />

Por ejemplo, la madre puede decir: “llegó<br />

papá”, “¿dónde está papá?”, señalando el maletín<br />

del papá.<br />

En el marco de esta relación triangular, el cuidador<br />

puede introducir al bebé en los relatos sobre situaciones<br />

de la cotidianidad, de las historias recreadas.<br />

En estos relatos el cuidador pone en relación<br />

los acontecimientos que ocurren en la situación y<br />

los dota de significado y de intenciones. Tomemos<br />

una situación como la despedida de cada mañana<br />

33

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!