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Desarrollo infantil y competencias<br />
en la Primera Infancia<br />
No quiero<br />
En este período los niños empiezan a oponer su propio<br />
yo al mundo externo y al mundo social 27 . Entre<br />
los doce y los dieciocho meses, aprenden a decir<br />
“no”, aún cuando quieran decir que “sí”, porque al<br />
parecer han aprendido a decir “no” antes que “si”.<br />
Sin embargo, entre los dos y los tres años los niños<br />
empiezan a decir “no” como una vía para fortificar<br />
su independencia: dicen “no” para evaluar la verdad<br />
o falsedad de enunciados de los otros, para negar<br />
el estado o existencia de las cosas, para indicar<br />
cuando no desean algo, para dirigir su propio comportamiento,<br />
por ejemplo, se dicen “no” a sí mismos<br />
cuando se enfrentan a situaciones peligrosas,<br />
para decir que algo les pertenece y para detener lo<br />
que otras personas están haciendo.<br />
En este tramo de vida los niños pueden oponerse<br />
de manera regular a otras personas, en algunos casos<br />
aparentemente sin más razón que la satisfacción<br />
que les provee el sentimiento de independencia.<br />
Algunos psicólogos llaman a este conjunto de<br />
cambios en el desarrollo emocional, el período de<br />
la “oposición” 28 . Igualmente, la interpretación de la<br />
experiencia está muy relacionada con la calidad de<br />
las relaciones sociales que los niños han establecido<br />
y con los eventos en los que participan con otras<br />
personas. Los padres también pueden interpretar<br />
implícita o explícitamente las formas de actuar y las<br />
experiencias de los niños. Estos intercambios mentales<br />
entre ellos y sus padres o cuidadores promueven<br />
la formación de significados compartidos.<br />
La negación marca un cambio en la producción y<br />
uso del discurso. Un nuevo ‘saber hacer’ con las palabras<br />
que, como se señaló, cambia la vida social<br />
de los niños. La negación es considerada como una<br />
evidencia de formas de razonamiento, con las cuales<br />
los niños contraponen su evaluación sobre la verdad<br />
o falsedad de algo. Frente a lo que el otro dice, ellos<br />
asumen una posición y emiten un juicio que lo niega.<br />
Esta competencia se hace evidente fácilmente con<br />
la negación sobre la denominación errónea de los<br />
objetos. Por ejemplo, el papá en una situación de<br />
juego toma una muñeca y la muestra a la niña diciéndole<br />
“toma la pelota”, la niña la mira y dice:<br />
“muñeca”. Progresivamente ella va involucrando<br />
negaciones sobre otros aspectos como el estado y<br />
la pertenencia de los objetos. La mamá toma unos<br />
zapatos y le dice: “estos zapatos son míos” y ella<br />
responde: “de papá”; más adelante hará las negaciones<br />
sobre el tiempo y el espacio.<br />
Se puede concluir que con la experticia en la negación,<br />
los niños alcanzan una conquista del razonamiento<br />
lógico. También se puede afirmar que la<br />
naturaleza de la negación está emparentada con la<br />
norma y con la ley, de tal suerte que la negación<br />
indica que los niños han ingresado y pueden actuar<br />
en un mundo regido por leyes y convenciones.<br />
27. Van der Veer, R. (1996). Henri Wallon’s theory of<br />
early child development: the role of emotions. Developmental<br />
Review, 16, 364-390.<br />
28. Wallon, H. (1963). Les etapes de la personnalite´<br />
chez l’enfant. Enfance, 16, 73–78.<br />
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