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Exp. de la incertidumbre de medida: 2008 (Esp) Motivación y fundamentos de la Recomendación INC-1 (1980)<br />
donde εz = z − μz es el error en z, y µz es el valor “verdadero” de z. Si se calcula la esperanza matemática del<br />
cuadrado de εz, se obtiene una ecuación formalmente idéntica a la ecuación (E.3), pero en la que σz 2 = E(εz 2 ) es<br />
la varianza de εz y ρij = ν (εi, εj)/(σi 2 σj 2 ) ½ es el coeficiente de correlación de εi,y εj, donde ν (εi, εj) = E(εi εj) es<br />
la covarianza de εi y εj . Las varianzas y coeficientes de correlación están entonces asociados a los errores en<br />
las magnitudes de entrada, más que a las propias magnitudes de entrada.<br />
NOTA Se supone que se considera la probabilidad como una medida del grado de credibilidad acerca de la aparición de un suceso, lo<br />
que implica que un error sistemático puede ser tratado de la misma forma que uno aleatorio y que εi representa tanto a uno como a otro.<br />
E.5.3 En la práctica, la diferencia en cuanto al punto de vista adoptado no conduce a una diferencia en el<br />
valor numérico del resultado de medida, o en el valor de la incertidumbre que afecta a dicho resultado.<br />
En primer lugar, en ambos casos, se utilizan las mejores estimaciones disponibles de las magnitudes de entrada<br />
wi para obtener la mejor estimación de z a partir de la función f; el que las mejores estimaciones sean<br />
consideradas como los valores más verosímiles a atribuir a las magnitudes en cuestión, o a sus valores<br />
“verdaderos”, no entraña diferencia alguna en los cálculos.<br />
En segundo lugar, dado que εi = wi − µi, y que las µi representan valores fijos, únicos y, en consecuencia, sin<br />
incertidumbre, las varianzas y las desviaciones típicas de los εi y de los wi son idénticas. Esto significa que, en<br />
los dos casos, las incertidumbres típicas utilizadas como estimaciones de las desviaciones típicas σi para<br />
obtener la incertidumbre típica combinada del resultado de medida, son idénticas y darán el mismo valor<br />
numérico para la incertidumbre. De nuevo, no existirá diferencia alguna en los cálculos, según que una<br />
incertidumbre típica sea considere como medida de dispersión de la función de distribución de probabilidad de<br />
una magnitud de entrada, o como medida de dispersión de la función de distribución de probabilidad del error<br />
de esa magnitud.<br />
NOTA Si no se hiciera la hipótesis de la nota de E.5.2, la discusión de este párrafo no tendría sentido, a menos que todas las<br />
estimaciones de las magnitudes de entrada, y las incertidumbres de dichas estimaciones hubieran sido obtenidas a partir del análisis<br />
estadístico de observaciones repetidas; es decir, a partir de evaluaciones Tipo A.<br />
E.5.4 Aunque la aproximación basada en el valor “verdadero” y el error da los mismos resultados numéricos<br />
que la aproximación seguida en esta Guía (siempre y cuando se haga la hipótesis de la nota de E.5.2), el<br />
concepto de incertidumbre desarrollado en la Guía elimina la confusión entre error e incertidumbre (véase<br />
anexo D). En efecto, la aproximación operativa de la presente Guía, en la que el acento está puesto en la<br />
variabilidad observada (o estimada) de una magnitud y en la variabilidad observada (o estimada) de dicho<br />
valor, hace totalmente innecesaria cualquier referencia al concepto de error.<br />
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