EDUCACION - bibliotecas morelos
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u u u u u u<br />
tur+.,. Aaui ecplíd tarneu te .,ba Ti dona unos esta tase educacional para íntet'rrurros<br />
cn la «educación corno contenido».<br />
1-! hecho de tomar, la educación, la vía que conduce a un lelos, marginr.ndo<br />
con ello obj errvamcnic otros posibles, introduce los avalores, en el<br />
torre no educativo. A partir de este instante habrá buenas y matas educaciones,<br />
segi:n sea la axiología desde la cual uno se pronuncia. No hay verificación<br />
ce la bonelad o maldad axiológicas de ur. proceso educador; éstos son<br />
asw::os sobre los que ti,r:cn la palabra realidades tan inconcretas como la<br />
!ibr.>'f aá, el conrpiomiso, la hmcrodeZ, la persone, el sujeto, la conciencia,<br />
el roen ¿Qué educación es mejor: la anarquista o la rnarxista?; sólo hay<br />
una respuesta aceptable: para el anarquista, la mejor educación es la anarquista;menos-<br />
para el rnarxista, en cambio, la mejor de las educaciones es<br />
la No es posible situarse en el punto de vista de<br />
los calores totales, como si uno fuera Dios- Quien tal hace es un dogmático<br />
-aunque se refugie en una incierta noción de ciencia que no viene en absoluto<br />
al caso-, es un dogmático que encubre así su talante totalitario.<br />
I nclinarse por cesta educación, soslayando otras constituye tarea política, religiosa,<br />
moral, filosófica o estética; jamás es cuestión de un quehacer estrtetamente<br />
eietuUce -entiéndase cuando lo involucrado es el «lelos» o<br />
dr, v nu exclusivamente el instrumento o método.<br />
La didáctica proporciona pautas, normas, sobre cómo enseñar a leer;<br />
nunca, sin embargo, prescribe la necesidad moral de enseriar a leer al próji<br />
mo- Esto segundo conoce otros hontanares: los valores antropológicos a<br />
los cuales se está de hecho adherido, habiendo podido estar adherido a<br />
otros, de los cuales se prescinde o a los que incluso se vitupera. La Filosofía<br />
de la educación trasciende el ámbito epistemológico. P.l neopositívismo es<br />
un exceso; hay que contar además con le axiología, le ética, la teleología.<br />
Ni ]a ciencia ni la técnica educativas pueden prescribir fines a la faena<br />
educadora, con reconocer a ambas su capacidad de sacar a luz posibles fines<br />
encubiertos que, no obstante, se hallan objetivamente presentes en el mismo<br />
proceso educador. Cuando se descubre una axiología implicita en una tarea<br />
educante, forzoso es evaluarla, y esto se lleva a cabo siempre desde una<br />
filosofía o comprensión «no-cientí[ica» de la realidad. La epistemología sabe<br />
a poco en tales circunstancias,<br />
No sólo las ciencias y las técnicas de la educación acusan este rasgo de<br />
apuntar hacia algún sentido antropológico; cosa parecida descubrimos en<br />
otras ciencias y técnicas corno es el caso de la psicoterapia y de las prácticas<br />
políticas.<br />
El pluralismo finalístico<br />
El debatido terna cíe «escuela vnica o escuela pl oral» adquiere fuerza<br />
hasta significación en el ámbito de la cuestión: «educar, ¿para qué?».<br />
Como sólo sea posible un solo para qué educacional, salta a la vista que<br />
la<br />
fórmula escuela unica es incuestionable; ahora bien, si los para que<br />
educacionales son múltiples y no hay manera científica de discernir cuál<br />
de entre ellos es insobornablemente bueno, verdadero y hasta bello, no<br />
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rttosortns nt; t.c cueeAcIá; ?29<br />
queda otro salida ética que la de aceptar la fórmula escuela plural. Como<br />
puede observarse, el lema de las finalidades educativas no se recluye en el<br />
recinto teórico, sino que lo desborda orientando el misrno campo polLieo<br />
--educacional- si éste, alguna vez, tiene que hacerle caso a la moral.<br />
La escuela laica y única se difundió con ánimo de salvar aquello en cee<br />
coincidían todos los ciudadanos de un Estado; actualrnente se ha caído en<br />
la cuenta que la laicidad, o neutralidad, de la escuela así como su unicidad<br />
podían perfectamente ser el disimulo o máscara de una ideología olas-ta<br />
dominante. Escuela única y laica fue la de lditler; escuela única c laica es<br />
la de la Unión Soviética. Parece aconsejable eliminar la rnesca educativo-docente<br />
reconociendo la existencia social de diversas concepciones antropológicas<br />
en lucha entre si -no siempre tan fácilmente reducibles a la<br />
lucha de clases, a menos de ser uno, dogmático-, permitiendo desde el<br />
poder político fáctico la refriega ideológica en el mismo seno de la docencia<br />
-sea en cada centro, sea unos centros frente a otros--, como acontece con<br />
la educación familiar o con la educación realizada a través de la pre tea,<br />
de la televisión, del cine o de las conferencias. Una escuela única y lasa<br />
sólo encaja en un Estado que ha impuesto la prensa única, la t-levisión<br />
única, el cine único.... como también el partido único r el sindicato única;<br />
es decir, sólo encaja en un Estado irrespetuosamente totalitario. El careeno<br />
de Tules Ferry ha quedado atrás, y la neutralidad educativa aparece ya<br />
como la ideología que de hecho justifica una dictadura vergonzante, sea ?e<br />
derechas sea de izquierdas.<br />
El señuelo de la «escuela neutra» también ha servido para que los reccionarios<br />
no permitieran la crítica de las estructuras socioeconómicas, so<br />
capa de unidad entre los ciudadanos. Ante este estado de cosas parece amnsejable<br />
que en la educación pueda manifestarse cada cual según .iensa.<br />
Que todas las antropologías filosóficas -ideologías, utopias o simples proelectos-<br />
puedan manifestarse tanto en las aulas como en las familias Como<br />
en los nrass-inedia. Amordazar unas ideologías e imponer otras es juego de<br />
pura fuerza política; no lo justifican ni las razones pseudocientíficas de que<br />
sólo hay que dejar en libertad la presunta ideología de la clase social ezpiotada,<br />
ni tampoco los ideales paranoicos de hallarse, unos cuantos, en posesión<br />
del verdadero modelo de hombre.<br />
La idea jacobina de la Fralia «una e indivisible« condujo a la ideolo la<br />
de la escuela única; la democrática igualdad jurídica de los ciudadanos reforzó<br />
dicha ideología. En España, después de cuarenta años de franquismo,<br />
hasta algunas izquierdas han defendido la escuela única como hicieron en<br />
su día los fascistas. Las izquierdas españolas, no obstante, conocen dificultades<br />
en su formulación como ha sucedido parejamente en Francia- El lado<br />
flaco de tal uniformización general queda al descubierto en estos mom catos<br />
con el despertar de las minorías étnicas de uno y otro Estados- La docencia<br />
en castellano -de la escuela única franquista- se enfrenta con<br />
deseables enseñanzas en gallego, en vasco v en catalán. En Francia suceden<br />
cosas parecidas: la escuela con mentalidad francesa de tas tv y c República-s<br />
choca con las concepciones de escuelas vasca, catalana, corsa, flamenca, b-_tona,<br />
alemana..., dentro del mismo Estado francés. La escuela unica es coa<br />
del nazismo o del comunismo más clásico pero no cuadra coa una convección<br />
democrática de la educación, la cual -quiérase o no- reivindica el<br />
pluralismo educacional en lo referente a la educación como contenido.