EDUCACION - bibliotecas morelos
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oCIAVI Fi1.1AY<br />
ción de la cultura ni tan siquiera cie instituciones. Los libros de Nietzsche<br />
hallan también explicación en la bioquímica de éste.<br />
Los elementos condicion;rntes de lo superestructura! proceden también<br />
del rnovimiento histórico Las circunstancias en que k , hombres producen<br />
dejan notar fuer-teniente su peso tanto en la cultura como en la organización<br />
social. :Muchos productos culturales -e . g. jurídicos o morales- vienen a<br />
justificar la circunstancia explotadora dentro de la que se desarrolla la producción.<br />
La institución estatal juega parecido papel, no ya justificador ahora<br />
sino conservador de la injusticia que se da en el proceso laboral. La praxis<br />
social condiciona descaradamente la formación tanto de culturas como<br />
de instituciones.<br />
Así como está muy' extendida la creencia en el valor condicionante de<br />
la práctica social con respecto a los elementos superestructurales, no sucede<br />
lo mismo con el hecho nacional. No obstante, sospechamos que la nación<br />
no queda totalmente disuelta en fuerzas y relaciones de producción; creemos<br />
cada vez más que es un núcleo resistente que condiciona por su cuenta<br />
la fabricación de modelos culturales y de instituciones. Las organizaciones<br />
políticas inglesas han sido diferentes de las castellanas también por motivos<br />
que trascienden la producción. Las lenguas. tan características del hecho nacional,<br />
posibilitan y dan tono a la cultura, a las diversas culturas en su concreción<br />
y detalle.<br />
La historia de la cultura condiciona asimismo el presente cultural de<br />
no importa qué sociedad. Dicha historia disfruta de actividad propia y no<br />
es totalmente reducible a otras entidades. Cualquier actualidad matemática<br />
o biológici depende de su pretérito. Resulta impensable una teoría química<br />
o física sin referencia al propio pasado de cada una de estas disciplinas.<br />
Finalmente existe un último factor que también adquiere una capacidad<br />
de juego independiente Nos referimos a un sistema de fuerzas muy complejo<br />
que dinamiza y relaciona los diversos componentes de la superestructura<br />
y que conoce su propio desarrollo histórico. Tal dinámica posee cuerpo<br />
peculiar y no es algo derivado, constituyéndose, por consiguiente, en condicionante<br />
en vez de ser algo condicionado. Las concepciones morales de una<br />
sociedad pesan sobre la organización escolar y ésta, a su vez, incide sobre<br />
biología<br />
-figura 5.7. - Formas in/ raes ( roetorales naturales de la educación.<br />
rJ l JJ J I JJ 1J 11 11 JI Ji¡ L<br />
práctica social<br />
hecho nacional<br />
FILOSOFIAS DE LA EDUCACIÓN 97<br />
historia de la cultura - - --►<br />
dinamismos<br />
intersuperestructurales<br />
- _^<br />
instituciones<br />
presentes<br />
Figura 5.8. - Formas infraestructurales históricas de la educación,<br />
las concepciones morales. El Estado manipula los adelantos científicos y<br />
éstos, por su parte, presionan sobre el aparato estatal. Razones metodológicas<br />
nos han forzado a dividir en compartimentos estancos la totalidad de<br />
la superestructura; ahora bien, ésta es una dinámica que en gran parte<br />
alcanza independencia convirtiéndose en núcleo condicionante en vez de disolverse<br />
en mero campo condicionado. -<br />
Hasta aquí hemos pasado sucinta revista a las principales piezas que<br />
intervienen en la marcha educativa. Los tres tipos de piezas reseñados -biológicos,<br />
superestructurales e infraestructurales- pertenecen todos al mundo<br />
objetual, al campo científico, al ámbito de la materia. Tiene sentido preguntarse<br />
ahora si la totalidad de lo educacional queda completamente encerrada<br />
en la materialidad apuntada o, por el contrario, tolera o hasta tal<br />
vez presume otras entidades que le proporcionan comprensiones diferentes<br />
a las hasta este momento indicadas.<br />
Las formas informales de la educación<br />
El discurso que hemos sostenido al presentar las anteriores formas<br />
formales de la educación tiene que truncarse brutalmente aquí si pretendemos<br />
realmente introducir un elemento novísimo que no es otro que la libertad<br />
del espíritu, libertad que llamamos «forma informal, de la educación<br />
para hacer resaltar su básica entidad escurridiza en vistas al logos» humano.<br />
La libertad cie que platicamos no es objetivable; con este fin y para<br />
que resalte su gratuidad científica la hemos denominado «liberad del espíritu».<br />
Esta expresión tiene la Ventaja que o bien se la toma unn en broma<br />
y ríe a carcajadas o sonríe con aires de superioridad. o bien se la toma