EDUCACION - bibliotecas morelos
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1<br />
OCTAVt r ii,LAr<br />
ramos utópico un cambio protagonizado por los elementos superestructurales<br />
de la sociedad. Una revolución cultural, por otro lado, puede alcanzar<br />
éxitos duraderos en la medida en que va precedida o, por lo menos, acompañada<br />
(le una revolución en las fuerzas productoras y en las relaciones<br />
sociales de produccón. Esto es así porque en gran parte el surgimiento y<br />
la persistencia ele los modelos culturales, a transmitir a [os educandos, son<br />
modelos que han sido provocados por la praxis productoras. La cultura viene<br />
condicionada en última instancia por la práctica social. Analizamos a<br />
continuación dicha praxis para comprender mejor el amplio engranaje educacional<br />
o antlopogenctico.<br />
Los hombres hunos dado pMbulo al básico instinto del hombre a través<br />
del trabajo. Necesitamos consuntir bienes para satisfacer nuestras más elementales<br />
necesidadc Ilnmase econoraí al conjunto de acciones colectivas<br />
merced a las cuales satisfacernos las necesidades ele consumo.<br />
Los diversos sistemas económicos se especifican según el tipo de propiedad<br />
que abrazan. Tomada en su acepción genérica, la propiedad es el<br />
derecho sobre casas y, en ocasiones, sobre personas. Las diferencias proceden<br />
de quien la posee, de cómo se transmite, de cómo se reparte y de<br />
cómo se adquiere. La clasificación más elemental al propio tiempo que más<br />
cargada de consecuencias cara a la organización social es aquella que dismeue<br />
entre propr dnr pri 'eda y propiedad común. Al trabajar se producen<br />
relaciones sociales muy distintas entre los hombres según domine la primera<br />
o la segunda. Si la establecida es la propiedad privada de medios de<br />
producción es fácil imaginar auc surja un antagonismo efe intereses entre<br />
poseedores de propiedad y desposeídos ele ella. Este antagonismo traerá<br />
lucha, engendrando cada grupo ideas que defiendan sus intereses -ideas<br />
morales, jurídicas, religiosas, artísticas, filosóficas, politicas _ En principio<br />
triunfarán las ideas del grupo más potente que será también el detector del<br />
poder politico del listado. Este parece ser, por lo menos, el esquema más<br />
plausible.<br />
El sistema de propiedad, las relaciones laborales así coma las de consu-<br />
mo de una sociedad dada no sea jamás tic todo autónomo sino realidades<br />
sociales íntimamente relacionadas con el resto de la estructura social y con<br />
la cultura. La producción es un subsistema social y el ámbito ele las creencias<br />
colectivas otro; ahora bien, el primero ejerce mayor influencia sobre<br />
e'l segundo que no al revés. Consideramos, no obstante, sin fundamento empírico<br />
la teoría que defiende un determinismo económico tal que ve en la cult•uura<br />
una simple excrecencia del modo social de producir.<br />
La división social del trabajo Se encuentra ^n toda comunidad humana<br />
que no sea muy primitiva. Tal división estructura hasta jerárquicamente a<br />
las coleclividndes facilitando la división en clases privilegiadas v clases desafonupadas-<br />
Las normas v los valores culturales vendrán a consagrar teóricamente<br />
el hecho - la, división laboral y hasta de la explotación de unos<br />
eiu:iadanos por parte de otros. Los que trabajan en labores más manuales<br />
cst:uán más alienados que los demás. Cada clase social desarrolla su estilo<br />
i da c rile c:urca con una subculm.a que disfruta hasta cle su propio folklore,<br />
guando lis -I ases ,,.jales cobrar. conciencia de sus respectivos intereses explota<br />
la lucha de clases-<br />
Fau filia, eseM,l,' Estado modelos culturales son variables dependientes<br />
-aunque disfrutando de cierta autonomía ele las infraestructuras de<br />
Cultura<br />
Trabajo<br />
(economía)<br />
Necesidades<br />
1(<br />
r-n-osor(AS nr tA rnucnctón'<br />
valores: religiosos, antropológicos-filosóticos<br />
rnorrnas: morales, jurídicas.<br />
propiedad<br />
privada<br />
hambre, sed, frio...<br />
clases<br />
poseedoras .i<br />
clases<br />
desposeídas<br />
intereses de<br />
f grupo i<br />
4 in ter<br />
de grupo<br />
Figura 9-2- - Existe una estrecha relcdón entre necesidad-u-_<br />
bajo -cultura.<br />
producción. Siendo esto asi carecen tic seria viabilidad los intentos de las pi<br />
dagogías no-directivas. Es confundir el efecto por la causa. El comunista fra_<br />
cés Snyders lo ha subrayado en su libro Oú aro lt les p-(Icgoóies non direeves?<br />
(e). Si las transformaciones de la escuela, con la cultura alai impartida<br />
caminan en solitario, por muy radicales que sean dichas transformaciones, rs<br />
serán ni ampliables ni duraderas. Se ha perdido de vista el principal honcznar<br />
tanto de las instituciones como de la cultura.<br />
En el extremo opuesto se sitúan aquellos que como Bourdieu y Passero=-<br />
Baudelot y Establet, y como Iván Illich imaginan tan determinadas, la<br />
cuela y la cultura, por las infraestructuras sociales que prácticamente L o<br />
consideran siempre peligrosas en el seno de una sociedad burguesa. la es<br />
cuela y su cultura, según los análisis de estos cinco sociólogos, jamás ju ro<br />
rán el mas minimo papel liberador, hallándose sometidos a un juego fatidic:<br />
de reproductores de una sociedad vertebraltnente injusta La escuela repr:duce<br />
de modo fatal la estratificación en clases sociales. Tambie-. Sm'ders í<br />
('1 Sssucss . G.: Ori varo les ort direaivesi', PVF r avis.<br />
(`) Sxroe-jis, G.: Ecole, dnaae et [rusa des cla,Ses, P.U.E, P..ic, 1976-