En los zapatos de los niños ciegos - Servicio de Información sobre ...
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<strong>niños</strong> sin visión necesitan "algo muy especial".<br />
Sin embargo, esta relación exclusiva en la que nadie tiene cabida resulta<br />
peligrosa. El niño tiene que apren<strong>de</strong>r que la madre no está siempre disponible y<br />
que otras personas también le quieren para po<strong>de</strong>r ampliar sus relaciones y<br />
po<strong>de</strong>r salir con confianza al mundo exterior. <strong>En</strong> resumen, <strong>los</strong> papas, <strong>los</strong><br />
hermanos, <strong>los</strong> abue<strong>los</strong> y otros amigos o familiares significativos <strong>de</strong>ben jugar y<br />
relacionarse con el niño <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy pronto para que él sepa que hay personas<br />
que "no son mamá y resultan también bastante interesantes".<br />
Hace extrañamiento<br />
Para <strong>los</strong> <strong>niños</strong> más pequeños, <strong>los</strong> adultos son figuras poco diferenciadas,<br />
porque todavía no pue<strong>de</strong>n atribuirles características particulares que les<br />
individualicen. Hacia <strong>los</strong> siete u ocho meses, <strong>los</strong> <strong>niños</strong> vi<strong>de</strong>ntes lloran, se<br />
asustan o protestan cuando se aproximan personas extrañas. Los <strong>niños</strong> sin<br />
visión manifiestan estas conductas <strong>de</strong> extrañamiento unos meses más tar<strong>de</strong>,<br />
pero antes <strong>de</strong>l año saben claramente quiénes son sus padres y diferencian a<br />
las personas familiares <strong>de</strong> las extrañas. Han comprendido que "madre no hay<br />
más que una".<br />
A veces <strong>los</strong> padres pue<strong>de</strong>n pensar que su hijo es muy sociable y no llora<br />
cuando la abuelita o la vecina le toman en brazos. Pero esto pue<strong>de</strong> ser más un<br />
indicador <strong>de</strong> indiferenciación que <strong>de</strong> socialización. Protestar y llorar ante las<br />
personas que no reconoce como familiares, es un indicio <strong>de</strong> salud mental. No<br />
hay que pensar por ello que el niño ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser sociable. Es un período<br />
evolutivo necesario para seguir creciendo tanto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista<br />
emocional como cognitivo. Más a<strong>de</strong>lante las conductas <strong>de</strong> extrañamiento<br />
<strong>de</strong>ben remitir y dar lugar a una actitud social más abierta.<br />
Tolera períodos cortos <strong>de</strong> espera<br />
Hacia el año <strong>de</strong> edad, <strong>los</strong> <strong>niños</strong> <strong>de</strong>ben po<strong>de</strong>r soportar algunos aplazamientos<br />
temporales y tolerar algunos períodos <strong>de</strong> espera cortos. Es lógico que<br />
protesten, pero ante las frases tranquilizadoras y animosas <strong>de</strong> sus padres<br />
podrán equilibrarse <strong>de</strong> nuevo.<br />
Así, por ejemplo, cuando el niño llore porque tiene hambre, no <strong>de</strong>bemos<br />
apresurarnos ansiosamente a saciar esta necesidad sino que po<strong>de</strong>mos<br />
conce<strong>de</strong>rnos unos momentos hasta concluir la preparación <strong>de</strong> la comida<br />
mientras le explicamos, tranquilamente, que sabemos que tiene mucha hambre<br />
y que su comida estará enseguida dispuesta.<br />
Un crecimiento sano implica protestar ante las situaciones <strong>de</strong> frustración, pero<br />
también ir tolerando que la satisfacción <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>de</strong>seos no siempre es inmediata.<br />
No <strong>de</strong>bemos olvidar que tanto el no protestar como el no po<strong>de</strong>r soportar<br />
pequeñas frustraciones resultan perjudiciales para su adaptación a la realidad y<br />
su <strong>de</strong>sarrollo personal.