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- Hemos derribado su nave en un terreno pantanoso a cien millas del sur. Quedó en<br />
muy mal estado según los informes y no han podido sacarla aún; pero será llevada a su<br />
debido tiempo a los grandes talleres de Cudgen donde, sin duda, su mecanismo podrá ser<br />
analizado. La razón de que tardásemos tanto - añadió -, fue que su mecanismo robot<br />
estaba basado en un principio ligeramente distinto que requería una nueva combinación<br />
de ondas de radio para dominarlo.<br />
- Todo esto carece de importancia - dijo Petty con impaciencia -. Lo que cuenta aquí es<br />
que esta muchacha slan ha estado escuchando nuestros planes de aniquilamiento de su<br />
raza y puede, por lo tanto, ser peligrosa, en el sentido de que hará cuanto pueda para<br />
informar a los suyos de nuestras intenciones. Debe ser muerta.<br />
Kier Gray se puso en pie lentamente y se volvió hacia Petty con el rostro ceñudo. Su<br />
voz, al hablar, tenía un timbre metálico.<br />
- Ya te he dicho, creo, que estoy haciendo un estudio sociológico sobre esta slan, y te<br />
agradeceré, por lo tanto, te abstengas de toda otra tentativa de ejecutarla. Has dicho que<br />
todos los meses se capturan y ejecutan centenares de slans, y que ellos afirman que<br />
existen aún otros cinco millones de ellos en el mundo. Espero - añadió con un tono de<br />
sarcasmo en la voz -, que se me concederá el privilegio de conservar la vida a éste para<br />
propósitos científicos, un slan que, al parecer, odias más que a todos los demás juntos...<br />
- Todo esto está muy bien, Kier - interrumpió el otro secamente -. Lo que quisiera saber<br />
es por qué mintió Kathleen Layton al afirmar que había estado en comunicación de la<br />
nave.<br />
Kathleen exhaló un profundo suspiro. El terror de aquellos minutos de peligro mortal iba<br />
desvaneciéndose en ella, pero se ahogaba todavía bajo el peso de la emoción. Con voz<br />
muy temblorosa, dijo:<br />
- Porque sabía que Jem Lorry iba a hacer de mi su amante y quería que supieseis que<br />
me resistía.<br />
Sintió el temblor de los pensamientos de los allí reunidos y vio sus expresiones faciales<br />
primero comprensión, después, impaciencia.<br />
- ¡Por la salud del cielo, Jem! - exclamó uno de ellos -, ¿no podrías dejar tus asuntos<br />
amorosos al margen de las reuniones del Consejo?<br />
- Con el debido respeto a Kier Gray - intervino otro -, es sencillamente intolerable que<br />
un slan se oponga a cualquier cosa que un ser humano haya proyectado acerca de él.<br />
Tengo curiosidad de ver cuál sería el resultado de esta unión. Tus objeciones están<br />
refutadas; y ahora, Jem, llévate a tu protegida a tus habitaciones. Y espero que eso<br />
termine la discusión.<br />
Por primera vez durante sus diecisiete años, Kathleen tuvo la sensación de que había<br />
un límite a lo que un slan era capaz de soportar. Sentía una tensión interior como si algún<br />
órgano vital estuviese a punto de romperse. Se daba cuenta de que no podía pensar<br />
nada. Permanecía sentada, agarrada con fuerza al brazo de plástico de su silla. Y<br />
súbitamente sintió en su cerebro el latigazo de una idea de Kier Gray. «¡Loca! ¿Cómo te<br />
has metido en este lío?»<br />
Lo miró, angustiada, viendo por primera vez que estaba echado hacia atrás en su silla,<br />
los ojos entornados, los labios apretados. Finalmente, dijo:<br />
- Todo esto estaría muy bien si estas uniones necesitasen pruebas. Pero no es así. El<br />
testimonio de más de cien casos de intentos de reproducción en las uniones humanoslans<br />
se halla a la disposición de todos en los archivos de la biblioteca, bajo el epígrafe<br />
«Matrimonios anormales». Las razones de la esterilidad son difíciles de definir, ya que los<br />
hombres y los slans no difieren unos de otros hasta un grado considerable. La<br />
sorprendente dureza de la musculatura de los slans es debida, no a un nuevo tipo de<br />
músculo, sino a la aceleración de las explosiones eléctricas que actúan los músculos. Hay<br />
también un gran incremento en número de nervios de todas las partes del cuerpo que los<br />
hacen extraordinariamente más sensibles. Los dos corazones no son en realidad dos