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Van Vogt, Alfred. E - Slan.pdf

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veinticinco años; todo en ella parecía reciente y mortal. Su respuesta mental a Kathleen<br />

reflejó la amenaza de este permanente peligro.<br />

Según todas las leyes de la lógica, nos basta permanecer en constante control de los<br />

pensamientos exteriores y mantenernos a no más de veinticinco metros de mi coche para<br />

estar a salvo. Y, no obstante, estoy asustado por tu intuición del peligro. Examina bien tu<br />

cerebro y busca la base de tus temores. Yo no puedo hacerlo tan bien como tú misma.<br />

La muchacha. permaneció silenciosa con los ojos cerrados. La cortina mental se<br />

levantó. Estaba sentada en el coche, a su lado, y parecía una chiquilla ya crecida que se<br />

hubiese quedado dormida. Finalmente sus sensibles labios se movieron. Por primera vez<br />

habló en voz alta.<br />

- Dime, ¿qué es acero de diez puntos?<br />

- ¡Ah! - exclamó Jommy Cross satisfecho. Empiezo a comprender los factores<br />

psicológicos que intervienen. La comunicación mental tiene muchas ventajas, pero no<br />

puede transmitir con tanta precisión, por ejemplo, el alcance del poder de un arma, como<br />

una imagen o un pedazo de papel; y desde luego no tan bien como la palabra. La fuerza,<br />

el tamaño y el poder y demás imágenes abstractas similares no se transmiten bien.<br />

- Sigue.<br />

- Todo lo que he hecho - explicó Jommy Cross - ha sido basado en el gran<br />

descubrimiento de la primera ley de la energía atómica realizado por mi padre; la<br />

concentración como oposición al viejo método de difusión. Por lo que sé, mi padre no<br />

sospechó jamás las posibilidades de reforzamiento del metal, pero, como todos los<br />

investigadores que vienen después de un gran hombre y sus descubrimientos básicos,<br />

me he concentrado en detalles de desarrollo, basándome en parte en sus ideas, en parte<br />

en ideas que se han ido sugiriendo por sí mismas.<br />

Prosiguió:<br />

- Todos los metales se mantienen compactos por tensiones atómicas, comprendiendo<br />

la fuerza teórica de cada metal. En el caso del acero, llamo a este potencial teórico un<br />

punto. Como comparación, cuando el acero fue inventado, su fuerza era<br />

aproximadamente de 2/1000 puntos. Nuevos procedimientos aumentaron su resistencia a<br />

10/1000 puntos, y más tarde, transcurrido un período de cien años, al actual nivel de<br />

resistencia de setecientos cincuenta. Los slans sin tentáculos han fabricado acero de<br />

quinientos puntos, pero ni aún este material increíblemente duro puede compararse con el<br />

producto de mi aplicación a la resistencia atómica, que cambia la estructura de los átomos<br />

y produce un acero casi perfecto de diez puntos. Un octavo de pulgada de acero de diez<br />

puntos puede detener el más potente explosivo conocido de los seres humanos y los<br />

slans sin tentáculos.<br />

- Lo que es importante recordar aquí - terminó - es que una bomba atómica, sin duda,<br />

alguna suficientemente fuerte para derribar una nave de guerra gigante, no penetró un pie<br />

de acero de diez puntos, pese a que el casco quedó bastante averiado y el cuarto de<br />

máquinas hecho añicos.<br />

Kathleen lo miraba con el brillo en los ojos.<br />

- ¡Qué tonta soy! - dijo jadeante -. He encontrado el slan más grande que existe en la<br />

vida, y estoy tratando de comunicarle mis temores adquiridos durante veintiún años de<br />

vivir entre seres humanos y sus infinitesimales fuerzas y poderes.<br />

- El gran hombre no soy yo, sino mi padre - respondió Jommy sonriendo -, si bien tenía<br />

sus defectos también; siendo el mayor de todos la falta de precauciones. Pero éste es el<br />

verdadero genio - añadió desvaneciéndose la sonrisa -. Temo, sin embargo, que<br />

tengamos que hacer frecuentes visitas a este subterráneo, y cada una de ellas será tan<br />

peligrosa como ésta. He conocido a John Petty muy brevemente y lo que he leído acerca<br />

de él en tu cerebro me lo dibuja como un hombre obstinado e implacable. Sé que vigila<br />

este sitio, pero que no debemos dejarnos asustar por ello. Esta vez estaremos sólo hasta<br />

que obscurezca, el tiempo de permitirme examinar la maquinaria. En el coche hay comida

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