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- Granny va a pensar: «Uno», «dos». Golpea con el pie después del plan que te parece<br />
mejor. Reflexiona sobre ellos un momento.<br />
No tenía necesidad alguna de reflexionar. El plan número uno fue inmediatamente<br />
rechazado. No había ruido por fuerte que fuese capaz de alterar los nervios de una slan.<br />
Una agresión física, algo concreto, era la única esperanza.<br />
«Uno», dijo Granny mentalmente. Jommy esperó, cantando con ironía el ansia de la<br />
vieja de ver aceptado su primer plan, disminuyendo así el peligro que correría ella con el<br />
plan número dos, su precioso pellejo. Pero era una vieja astuta y en el fondo sabia que el<br />
plan número uno era poco eficaz. Finalmente, su cerebro pensó, a desgana:<br />
«Dos».<br />
Jommy golpeó el suelo con el pie. Simultáneamente se dio cuenta de que Johanna<br />
Hillory estaba hablando por radio, transmitiendo el relato de su vida y su ofrecimiento de<br />
cooperación; y al terminar emitió su opinión de que debía ser ejecutado.<br />
Jommy pensó que unos minutos antes hubiera estado allí sentado escuchando con<br />
ansia las respuestas que iban llegando por el invisible altavoz. Eran voces profundas de<br />
hombres; otras más ricas y vibrantes de mujer. Pero ahora apenas seguía el hilo de sus<br />
discusiones. Una de las mujeres quería saber su nombre. Jommy veía que no todos<br />
estaban de acuerdo. Estuvo algún rato antes de darse cuenta de que se dirigían a él.<br />
- ¿Tu nombre? - dijo la radio.<br />
Johanna Hillory se alejó de la radio acercándose a la puerta.<br />
- ¿Eres sordo? - le gritó -. ¡Quiere saber tu nombre!<br />
- ¿El nombre? - repitió Jommy Cross con cierta sorpresa grabada en la mente. Pero<br />
nada podía distraerle en aquel momento supremo. Mientras golpeaba con el pie, toda idea<br />
desapareció de su cerebro. Sólo se daba cuenta de que Granny estaba de pie al lado de<br />
la puerta y captó las vibraciones que manaban de ella. La tensión de su cuerpo, la<br />
preparación para obrar y después, el terror. Esperó anhelante que llegase el momento, la<br />
parálisis amenazando su agotado cuerpo.<br />
Todas las granujadas que había cometido durante su accidentada carrera acudieron en<br />
su ayuda. Entró en la habitación. Con los ojos brillantes, enseñando los dientes, se lanzó<br />
sobre la espalda de Johanna Hillory. Sus delgados brazos rodearon los hombros de la<br />
muchacha. Las llamas que brotaron del arma que Johanna tenía en los dedos alcanzaron<br />
inútilmente el suelo. Después, como un animal, se volvió con una fuerza irresistible.<br />
Durante un momento desesperado Granny salió agarrándola por los hombros. Era el<br />
momento justo necesario. Jommy Cross pegó un salto.<br />
También en aquel instante Granny lanzó un agudo grito. Sus garras soltaron su presa y<br />
el desgarbado cuerpo quedó alargado en el suelo.<br />
Jommy Cross no perdió tiempo en querer igualar una fuerza que sabía superior a la<br />
suya. En el momento en que Johanna Hillory se volvió como una tigresa hacia él, le<br />
asestó un rápido y fuerte golpe en la nuca. Era un golpe peligroso, y requería una perfecta<br />
coordinación de músculos y nervios. Hubiera podido perfectamente romperle el cuello,<br />
pero su destreza se limitó a dejarla sin sentidos. La sostuvo al desplomarse y mientras la<br />
tendía en el suelo su cerebro trató de captar el de la muchacha, franqueaba la destrozada<br />
cortina mental, buscando febrilmente. Pero el latir de su inconsciente cerebro era<br />
demasiado lento, el caleidoscopio de sus imágenes demasiado borroso.<br />
Empezó a sacudirla suavemente, observando el rápido torbellino de sus ideas,<br />
mientras los movimientos físicos de su cuerpo aportaban leves cambios químicos que, a<br />
su vez, cambiaban la orientación de las ideas. Pero no habla tiempo para pensar en<br />
detalles y mientras las imágenes iban haciéndose más amenazadoras, se apartó rápido<br />
de ella y se acercó a la radio. Con la voz tan pausada como pudo, dijo:<br />
- Sigo deseando discutir condiciones amistosas. Puedo ser de gran ayuda para los<br />
slans sin tentáculos -. No hubo respuesta. Repitió sus palabras con mayor insistencia, y<br />
añadió -: Tengo sumo interés en llegar a un acuerdo con una organización tan poderosa