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- No va a ser por mucho tiempo, querida. De manera que no acaricies vanas<br />
esperanzas.<br />
Y le sonrió confidencialmente. Pero no era en esta amenaza en lo que Kathleen iba<br />
pensando mientras avanzaba por el corredor. Recordaba la explosiva y destructora<br />
expresión que había aparecido en el rostro de Kier Gray en el momento en que John Petty<br />
solicitó su muerte.<br />
No lo entendía. No se amoldaba en absoluto a las suaves palabras que había<br />
pronunciado un minuto antes, cuando informó a los demás de que la nave slan habla sido<br />
derribada en un pantano.<br />
Si era así, ¿por qué se había impresionado? Y si no era así, ¿por qué Kier Gray había<br />
corrido el terrible riesgo de mentir por ella y estaba probablemente preocupándose por<br />
ella todavía?<br />
IX<br />
Jommy Cross se quedó contemplando pensativo pero detalladamente aquel despojo<br />
humano que era Granny. No sentía rabia por su traición. El resultado era un desastre, su<br />
futuro aparecía súbitamente vacío, sin objeto, sin hogar. El primer problema que se<br />
presentaba era qué hacer con aquella vieja.<br />
Estaba sentada, riéndose en una silla, vestida con un traje de alegres colorines que<br />
revestía sus infectas formas. Lo miró riéndose.<br />
- Granny sabe algo, sí... Granny sabe... - Sus palabras eran incoherente -. Dinero, oh,<br />
Dios mío, si ¡Granny tiene mucho dinero a su vejez! ¡Mira!<br />
Con la confiada inocencia de una persona borracha sacó una abultada bolsa negra de<br />
debajo de sus faldas y con el sentido común de un avestruz volvió a esconderlo.<br />
Jommy quedó impresionado. Era la primera vez que veía aquel dinero pese a que<br />
sabía sus diferentes escondrijos. Pero hacerle aquella ostentación ahora, en momento en<br />
que acababa de denunciarlo, era una estupidez que merecía el más severo castigo.<br />
Pero seguía indeciso, mientras la tensión de los pensamientos exteriores que iban<br />
aumentando ejercía un peso impalpable sobre su cerebro. Eran docenas de hombres, que<br />
avanzaban detrás de sus baterías de ametralladoras. Frunció el ceño preocupado. Por<br />
derecho natural tenía que dejar que aquella bruja que lo había delatado sufriese el peso<br />
de la ley, que quería que todo ser humano sin excepción, que hubiese encubierto o<br />
albergado un slan fuese colgado por el cuello hasta que sobreviniese la muerte.<br />
Por su mente pasó la imagen de Granny encaminándose al patíbulo, Granny<br />
implorando a gritos merced, Granny tratando de impedir que le echaran la soga al cuello,<br />
pataleando, arañando, golpeando a sus apresadores.<br />
Avanzó y la cogió por su hombro desnudo donde el traje se había deslizado. La<br />
sacudió con una violencia fría, mortal, hasta que sus dientes castañetearon y soltó un<br />
sollozo horrible, y una mirada de demente apareció en sus ojos.<br />
- Es la muerte para ti si te cogen... ¿No sabes la ley?<br />
- ¿Eh?... ¡Uh!... - Trató de incorporarse, pero volvió a caer en el sopor de su mente<br />
aturdida.<br />
Pronto, pronto, pensó él, haciendo un esfuerzo mental por ver si sus palabras habían<br />
surtido algún efecto. Estaba ya a punto de renunciar, cuando vio un tenue destello de<br />
razón en medio de la incoherente masa de los pensamientos de la vieja.<br />
- Está bien... - murmuró -. Granny tiene mucho dinero... A la gente rica no se le ahorca.<br />
- No digas tonterías...<br />
Jommy se apartó de ella, indeciso. El peso de los pensamientos de los hombres eran<br />
una enorme carga para su cerebro. Iban acercándose, acercándose, cerrando cada vez<br />
más el circulo. Su número le sorprendía, incluso la poderosa arma que llevaba en el