17.05.2013 Views

Federico Nietzsche ASÍ HABLO ZARATUSTRA

Federico Nietzsche ASÍ HABLO ZARATUSTRA

Federico Nietzsche ASÍ HABLO ZARATUSTRA

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

«En tus ojos he mirado hace un momento, oh vida429: oro he visto centellear en tus nocturnos ojos, ‐ mi<br />

corazón se quedó paralizado ante esa voluptuosidad: ¡una barca de oro he visto centellear sobre aguas<br />

nocturnas, una balanceante barca de oro que se hundía, bebía agua, tornaba a hacer señas!<br />

A mi pie, furioso de bailar, lanzaste una mirada, una balanceante mirada que reía, preguntaba derretía:<br />

Sólo dos veces agitaste tus castañuelas con pequeñas manos ‐ entonces se balanceó ya mi pie con furia<br />

de bailar.<br />

Mis talones se irguieron, los dedos de mis pies escuchaban para comprenderte: lleva, en efecto, quien<br />

baila sus oídos ‐ ¡en los dedos de sus pies! Hacia ti di un salto: tú retrocediste huyendo de él; ¡y hacia mí<br />

lanzó llamas la lengua de tus flotantes cabellos fugitivos!<br />

Di un salto apartándome de ti y de tus serpientes: entonces tú te detuviste, medio vuelta, los ojos llenos<br />

de deseo.<br />

Con miradas sinuosas ‐ me enseñas senderos sinuosos; en ellos mi pie aprende ‐ ¡astucias! Te temo<br />

cercana, te amo lejana; tu huida me atrae, tu buscar me hace detenerme: ‐ yo sufro, ¡mas qué no he<br />

sufrido con gusto por ti!<br />

Cuya frialdad inflama, cuyo odio seduce, cuya huida ata, cuya burla ‐ conmueve: ‐ ¡quién no te odiaría a<br />

ti, gran atadora, envolvedora, tentadora, buscadora, encontradora!<br />

¡Quién no te amaría a ti, pecadora inocente, impaciente, rápida como el viento, de ojos infantiles!<br />

¿Hacia dónde me arrastras ahora, criatura prodigiosa y niña traviesa? ¡Y ahora vuelves a huir de mí,<br />

dulce presa y niña ingrata!<br />

Te sigo bailando, te sigo incluso sobre una pequeña huella. ¿Dónde estás? ¡Dame la mano! ¡O un dedo<br />

tan sólo!<br />

Aquí hay cavernas y espesas malezas: ¡nos extraviaremos! ‐ ¡Alto! ¡Párate! ¿No ves revolotear búhos y<br />

murciélagos? ¡Tú búho! ¡Tú murciélago! ¿Quieres burlarte de mí? ¿Dónde estamos? De los perros has<br />

aprendido este aullar y ladrar.<br />

¡Tú me gruñes cariñosamente con blancos dientecillos, tus malvados ojos saltan hacia mí desde<br />

ensortijadas melenitas!<br />

Éste es un baile a campo traviesa: yo soy el cazador ‐ ¿tú quieres ser mi perro, o mi gamuza?<br />

¡Ahora, a mi lado! ¡Y rápido, maligna saltadora!<br />

¡Ahora, arriba! ¡Y al otro lado! ‐ ¡Ay! ‐ ¡Me he caído yo mismo al saltar!<br />

¡Oh, mírame yacer en el suelo, tú arrogancia, e implorar gracia! ¡Me gustaría recorrer contigo ‐ senderos<br />

más agradables! ‐ ¡senderos del amor, a través de silenciosos bosquecillos multicolores! O allí a lo largo<br />

del lago: ¡allí nadan y bailan peces dorados!<br />

¿Ahora estás cansada? Allá arriba hay ovejas y atardeceres: ¿no es hermoso dormir cuando los pastores<br />

tocan la flauta?<br />

¿Tan cansada estás? ¡Yo te llevo, deja tan sólo caer los brazos! Y si tienes sed, ‐tendría sin duda algo,<br />

¡mas tu boca no quiere beberlo! –<br />

‐ ¡Oh esta maldita, ágil, flexible serpiente y bruja escurridiza! ¿Adónde has ido? ¡Mas en la cara siento,<br />

de tu mano, dos huellas y manchas rojas!

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!