17.05.2013 Views

Federico Nietzsche ASÍ HABLO ZARATUSTRA

Federico Nietzsche ASÍ HABLO ZARATUSTRA

Federico Nietzsche ASÍ HABLO ZARATUSTRA

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Y una cosa más sé: me encuentro ahora ante mi última cumbre y ante aquello que durante más largo<br />

tiempo me ha sido ahorrado. ¡Ay, mi más duro camino es el que tengo que subir! ¡Ay, he comenzado mi<br />

caminata más solitaria!<br />

Pero quien es de mi especie no se libra de semejante hora: de la hora que le dice: «¡Sólo en este instante<br />

recorres tu camino de grandeza! ¡Cumbre y abismo ‐ ahora eso está fundido en una sola cosa!<br />

Recorres tu camino de grandeza: ¡ahora se ha convertido en tu último refugio lo que hasta el momento<br />

se llamó tu último peligro!<br />

Recorres tu camino de grandeza: ¡ahora es necesario que tu mejor valor consista en que no quede ya<br />

ningún camino a tus espaldas!<br />

Recorres el camino de tu grandeza: ¡nadie debe seguirte aquí a escondidas! Tu mismo pie ha borrado<br />

detrás de ti el camino, y sobre él está escrito: Imposibilidad. Y si en adelante te faltan todas las escaleras,<br />

tienes que saber subir incluso por encima de tu propia cabeza: ¿cómo querrías, de otro modo, caminar<br />

hacia arriba?<br />

¡Por encima de tu propia cabeza y más allá de tu propio corazón! Ahora lo más suave de ti tiene aún que<br />

convertirse en lo más duro. Quien siempre se ha tratado a sí mismo con mucha indulgencia acaba por<br />

enfermar a causa de ello. ¡Alabado sea lo que endurece! ¡Yo no alabo el país donde corren ‐ manteca<br />

y miel.<br />

Es necesario aprender a apartar la mirada de sí para ver muchas cosas: ‐ esa dureza necesítala todo<br />

aquel que escala montañas.<br />

Mas quien tiene ojos importunos como hombre del conocimiento, ¡cómo iba a ver ése en todas las cosas<br />

algo más que los motivos superficiales de ellas!<br />

Tú, sin embargo, oh Zaratustra, has querido ver el fondo y el trasfondo de todas las cosas: por ello tienes<br />

que subir por encima de ti mismo, ‐ ¡arriba, cada vez más alto, hasta que incluso tus estrellas las veas por<br />

debajo de ti!<br />

¡Sí! Bajar la vista hacia mí mismo e incluso hacia mis estrellas: ¡sólo esto significaría mi cumbre, esto es lo<br />

que me ha quedado aún como mi última cumbre! ‐ Así iba diciéndose Zaratustra a sí mismo al ascender,<br />

consolando su corazón con duras sentenzuelas: pues tenía el corazón herido como nunca antes. Y<br />

cuando llegó a la cima de la cresta de la montaña, he aquí que el otro mar yacía allí extendido ante su<br />

vista: entonces se detuvo y calló largo rato. La noche era fría en aquella cumbre, y clara y estrellada.<br />

Conozco mi suerte, se dijo por fin con pesadumbre. ¡Bien! Estoy dispuesto. Acaba de empezar mi última<br />

soledad.<br />

¡Ay, ese mar triste y negro a mis pies! ¡Ay, esa grávida desazón nocturna! ¡Ay, destino y mar! ¡Hacia<br />

vosotros tengo ahora que descender! Me encuentro ante mi montaña más alta y ante mi más larga<br />

caminata: por eso tengo primero que descender más bajo de lo que nunca descendí:<br />

¡Descender al dolor más de lo que nunca descendí, hasta su más negro oleaje! Así lo quiere mi destino:<br />

¡Bien! Estoy dispuesto.<br />

¿De dónde vienen las montañas más altas?, pregunté en otro tiempo. Entonces aprendí que vienen del<br />

mar.<br />

Este testimonio está escrito en sus rocas y en las paredes de sus cumbres. Lo más alto tiene que llegar a<br />

su altura desde lo más profundo. ‐ Así dijo Zaratustra en la cima del monte, donde hacía frío; mas cuando<br />

se acercó al mar y se encontró por fin únicamente entre los escollos, el camino lo había cansado y vuelto<br />

aún más anheloso que antes.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!