17.05.2013 Views

Federico Nietzsche ASÍ HABLO ZARATUSTRA

Federico Nietzsche ASÍ HABLO ZARATUSTRA

Federico Nietzsche ASÍ HABLO ZARATUSTRA

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El atardecer ha llegado: ¡perdonadme que el atardecer haya llegado!»<br />

Así habló Zaratustra.<br />

La canción de los sepulcros<br />

Allí está la isla de los sepulcros, la silenciosa; allí están también los sepulcros de mi juventud. A ella<br />

quiero llevar una corona siempre verde de vida».<br />

Con este propósito en el corazón atravesé el mar.<br />

‐¡Oh vosotras, visiones y apariciones de mi juventud! ¡Oh vosotras, miradas todas del amor, vosotros<br />

instantes divinos! ¡Qué aprisa habéis muerto para mí! Me acuerdo de vosotros hoy como de mis<br />

muertos.<br />

De vosotros, muertos queridísimos, llega hasta mí un dulce aroma que desata el corazón y las lágrimas.<br />

En verdad, ese aroma conmueve y alivia el corazón al navegante solitario.<br />

Aún continúo siendo el más rico y el más digno de envidia ‐ ¡yo el más solitario! Pues yo os tuve a<br />

vosotros, y vosotros me tuvisteis a mí: decid, La quién le cayeron del árbol, como a mí, tales manzanas<br />

de rosa?<br />

Aún continúo siendo heredero de vuestro amor, y tierra que en recuerdo vuestro florece con<br />

multicolores virtudes silvestres, ¡oh vosotros amadísimos!<br />

Ay, estábamos hechos para permanecer próximos unos a otros, oh propicios y extraños prodigios; y<br />

vinisteis a mí y a mi deseo no como tímidos pájaros ‐ ¡no, sino como confiados al confiado!<br />

Sí, hechos para la fidelidad, como yo, y para delicadas eternidades: y ahora tengo que denominaros por<br />

vuestra infidelidad, oh miradas e instantes divinos: ningún otro nombre he aprendido todavía.<br />

En verdad, demasiado aprisa habéis muerto para mí, vosotros fugitivos. Pero no huisteis de mí, tampoco<br />

yo huí de vosotros: inocentes somos unos para otros en nuestra infidelidad.<br />

¡Para matarme a mí os estrangularon a vosotros, pájaros cantores de mis esperanzas! Sí, contra<br />

vosotros, queridísimos, disparó la maldad siempre sus flechas ‐ ¡para dar en mi corazón!<br />

¡Y acertó! Porque vosotros erais lo más querido a mi corazón, mi posesión y mi serposeído: ¡por eso<br />

tuvisteis que morir jóvenes y demasiado pronto!<br />

Contra lo más vulnerable que yo poseía dispararon ellos la flecha: ¡lo erais vosotros, cuya piel es<br />

semejante a una suave pelusa, y, más todavía, a la sonrisa que fenece a causa de una mirada!<br />

Pero estas palabras quiero decir a mis enemigos: ¡qué son todos los homicidios al lado de lo que me<br />

habéis hecho!<br />

Algo peor me habéis hecho que todos los homicidios; algo irrecuperable me habéis quitado: ‐ ¡así os<br />

hablo a vosotros, enemigos míos! ¡Pues habéis asesinado las visiones y los amadísimos prodigios de mi<br />

juventud! ¡Me habéis quitado mis compañeros de juego, los espíritus bienaventurados! En recuerdo<br />

suyo deposito esta corona y esta maldición.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!