14.01.2015 Views

Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF

Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF

Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

trema quisquillosidad. Una música, lastimada y<br />

sencilla, traduce esa admiración de resignada espectativa:<br />

es la música del tango. Y unas palabras<br />

superpuestas procuran fingirle una torpeza o<br />

una cavilación ajena a ella: son las letras de los<br />

tangos. La música dice las amarguras de todos<br />

los porteños; la letra, la de unos pocos en que los<br />

demás se justifican. Este es apunte que las nuevas<br />

letras de tango no quieren servir, porque las letras<br />

de tango marcan de más en más la trascendencia<br />

de una pequeña metafísica empírica del espíritu<br />

porteño.<br />

“Los ojos de todos los argentinos se parecen”,<br />

decíame en París una amiga que había conocido<br />

a muchos. Muy tarde comprendí que ella se refería,<br />

no a los ojos en sí, celestes, pardos, garzos,<br />

marrones, saltones, ojerosos, sino al estado de<br />

ánimo que revelaban. Comprendí que mi amiga<br />

en los ojos porteños escuchaba una música. Y esa<br />

es la dificultad: ¿De qué palabras dotaremos a<br />

esa música que no se oye y que no se puede denominar<br />

sin desmentirla y falsearla<br />

18

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!