Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF
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calidad humana de su acción. Por eso, no le interesan<br />
las noticias escuetas, aunque sean policiales,<br />
y se extasía y comenta las crónicas detalladas<br />
en que la humanidad del asunto se trasluce fielmente.<br />
Como las únicas crónicas extensas son las<br />
policiales, los directores de diarios han creído que<br />
el porteño es gustoso de truculencias.<br />
Pero esto no lo entienden los directores, y a<br />
cada momento se equivocan. Por ejemplo, si quieren<br />
desacreditar al que cometió un crimen social<br />
o al que dirigió un motín fracasado, les dedican<br />
crónicas detalladas, escarneciéndolos. Como son<br />
largas, el porteño lee esas notas y siente la humanidad<br />
del ejecutor y con cierta simpatía piensa:<br />
“Vaya a saber cómo fue”. Y es persona que critica<br />
el hecho en sí.<br />
Cuando el porteño se entera de una proeza deportiva<br />
que concita su admiración, exclama: “Che,<br />
¡qué loco! ¿Viste lo que hizo” Antes de admirar<br />
se colocó en la situación del héroe y comprobó<br />
cuánto arrojo, cuánta osadía era precisa para<br />
cumplirla. Vio que el héroe tenía alguna capacidad<br />
más, o más desarrollada que las suyas, y dice:<br />
“Yo no sé como se atrevió a tirarse del décimo<br />
piso. ¡Y qué julepe! <strong>El</strong> paracaídas se abrió recien<br />
en el tercero”. <strong>El</strong> detallismo cerciora que en<br />
su imaginación él no se atrevió a ejecutar la proeza,<br />
y loa en el héroe las propiedades en que le<br />
sobrepasó, y no el éxito.<br />
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