Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF
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sin desdecirse de los afectos que profesa; “Pucha,<br />
en casa no se puede vivir. Si el viejo quiere una<br />
cosa, la vieja quiere otra. Y la gansa de mi hermana<br />
no me deja en paz”. “Mi primo quiere que<br />
le dé participación en este asunto; pero a mí no<br />
me va a engrupir”. <strong>El</strong> progreso es una miscelánea<br />
que no comprende sino se asocia estrechamente a<br />
una alegría venidera, suya, de sus amigos, o de<br />
sus sucesores. Los beneficios o disfavores del progreso<br />
los califica en sí mismo. Los adelantos de<br />
la mecánica no lo conmueven, ni la elocuencia de<br />
las cifras. “Che, nuestro comercio exterior ha<br />
aumentado en quinientos millones” “Ajá ¿Y con<br />
eso qué ganamos” De la “Humanidad” se ríe.<br />
<strong>El</strong> nuncio de la humanidad es él, y nada que amenace<br />
su bienestar puede, por lo tanto, servir a la<br />
humanidad. Ni de honras ni de triunfos es pedigüeño.<br />
De todos los éxitos que la humanidad protocoliza,<br />
sólo aceptaría alguna muchachita linda y<br />
“que no lo moleste mucho”.<br />
En los comienzos de la guerra europea, los intelectuales<br />
hicieron un batifondo de mil demonios<br />
instigando a las autoridades a la ruptura de relaciones<br />
con Alemania y sus aliados. <strong>El</strong>los, tan circunspectos<br />
de común, se reunían en las plazas<br />
públicas y en trémolos vehementes enarbolaban los<br />
más grandes pabellones retóricos. Se desgañitaban<br />
hablando de la libertad, de la salvación de la cultura,<br />
de nuestra sangre latina, del crimen de la<br />
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