Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF
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desdoroso en ningún caso obedecer al capital extranjero,<br />
si el que lo hace no contrata nada más<br />
que su propio esfuerzo, su propia inteligencia, su<br />
propia dedicación. Tampoco se malquiere a los<br />
hombres extranjeros que defienden a los capitales<br />
puestos al amparo de su expediente. A un inglés<br />
o norteamericano o francés, o alemán, directores<br />
de compañías bancarias, presidentes o gerentes<br />
de frigoríficos, de usinas eléctricas, de ferrocarriles,<br />
se les brindan las opciones más hospitalarias<br />
del país, y son bien recibidos por el pueblo. Sus<br />
artimañas en pro de un mayor rendimiento financiero,<br />
no despiertan antipatías ni aversiones en el<br />
<strong>Hombre</strong> de Corrientes y Esmeralda, él más bien se<br />
burla cordialmente de ellos. “Estos yonis son una<br />
luz para los pesos”.<br />
<strong>El</strong> <strong>Hombre</strong> reprueba la infidelidad de los representantes<br />
de sus conveniencias y de su espíritu,<br />
que debían alegar por él, y lo traicionan: son “acomodados”.<br />
Lo que el <strong>Hombre</strong> no permite es que<br />
los extranjeros le birlen las riendas del gobierno.<br />
Esa es la infidelidad cuya reconvención estamos<br />
leyendo en el <strong>Hombre</strong> de Corrientes y Esmeralda,<br />
centinela que está solo, en avanzadas, cautelando<br />
su espíritu y el espíritu de la tierra, de quien es<br />
una anécdota más, un rostro, un gesto, una voz,<br />
una advocación que busca concretarse. <strong>El</strong> <strong>Hombre</strong><br />
de Corrientes y Esmeralda busca, no la riqueza,<br />
sino la conjunción de la tierra y el hombre en que<br />
el espíritu de esta tierra amanece.<br />
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