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Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF

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dículo es la que generalmente endosa la clemencia<br />

del <strong>Hombre</strong> de Corrientes y Esmeralda.<br />

Por otra parte, mientras el centralismo del estado<br />

no hiere sus derechos, lo que no es fácil pues<br />

él los prohíja meticulosamente, el individualismo<br />

del <strong>Hombre</strong> de Corrientes y Esmeralda gana con<br />

esta delegación. AI emanciparse de la administración<br />

de todo destino ajeno al suyo personal, hasta<br />

del destino del espíritu de su tierra que es uno<br />

de sus pocos amores, quizá el más absorvente, pero<br />

que está emponzoñado por la idea del tiempo,<br />

queda más libre en una soledad más lícita: solo<br />

con sus divagaciones. Así espera la coordinación<br />

que algún día sobrevendrá de sus instituciones escritas<br />

y de sus sentimientos. <strong>El</strong> no hace nada, porque<br />

está convencido de que su movilidad sería<br />

nociva para los demás porteños y estéril para la<br />

nación, en quien delegó sus atribuciones. Y es<br />

tan completa la delegación, que el porteño se<br />

permite hablar mal del estado. Si él lo perjudica<br />

con sus habladurías, el estado tiene medios para<br />

hacerlo callar. Pero él no protege al estado con<br />

su silencio.<br />

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