Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF
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daba desbocado”. <strong>El</strong> vigilante a quien el cansancio<br />
extenúa es benemérito. <strong>El</strong> meterete es un “papanatas”.<br />
La prudencia porteña tiene una frase para prevenir<br />
a los que lesionan con su atolondramiento<br />
las incumbencias del estado. “No te metas”, dice<br />
el porteño. <strong>Esta</strong> es frase que despertó la atención<br />
del conde de Keyserling. <strong>El</strong> “No te metas” es,<br />
verdaderamente, una pauta de la idiosincracia porteña,<br />
pero no es un consejo dirigido a rectificar<br />
resoluciones personales. Nadie dice “No te metas”<br />
a quien va a presentar la renuncia de su cargo,<br />
a quien se declara dispuesto a pelear con sus parientes,<br />
a quien se decide a convenir un negocio.<br />
“No te metas” es una prevención trascendente,<br />
no doméstica. Quiere recordar: “No te metas en<br />
un asunto que no es tuyo y es privilegio del estado.<br />
Avisa a los representantes de la autoridad”.<br />
“No te metas, que si te va bien no te lo agradecerán<br />
y si te va mal se reirán de vos”. “No te metas<br />
a apagar ese principio de incendio”. “No te<br />
metas a delatar ese contrabando”. “No te metas<br />
a cuidar la vida de los bañistas que se adentran en<br />
el río”. “No te metas en las cosas que el estado<br />
debe cuidar”. “No te metas en las pertenencias<br />
en que señorea la nación; en el resguardo de las<br />
personas y los bienes, en el mantenimiento del orden<br />
y de la moral”. Quien transgrede esas prerrogativas<br />
estaduales es pasible de pena. <strong>El</strong> ri-<br />
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