Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF
Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF
Scalabrini-Ortiz-Raul-El-Hombre-Que-Esta-Solo-Y-Espera-PDF
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>El</strong> no concibe este futuro como cosa extraña. Es<br />
un futuro en que el tiempo está ausente. Habla<br />
de él como de una cosa de su propiedad o una<br />
fracción de su cuerpo. Como si dijera: “Qué<br />
cómodos van a estar mis pies en estos zapatos”.<br />
Es un futuro que ya le pertenece.<br />
Las historias afirman que los atenienses del<br />
siglo de Pericles tenían amores semejantes con<br />
su ciudad.<br />
Luego, ya desgranada de su persona, la pasión<br />
del hombre se bifurcará, cavará nuevos lechos,<br />
se transfundirá, se vaciará en otros moldes, se<br />
franqueará en el apoyo de una agrupación deportiva<br />
o de una agremiación política. O se dedicará<br />
a regañar a los deportistas con el fanatismo con<br />
que otros los proclaman, o derivará hacia otras<br />
manías: o se dedicará a ganar dinero, a ganar<br />
pesos que no sabe en qué va a utilizar,<br />
pesos que no utilizará jamás, pesos que no son<br />
más que una entelequia, una cifra que crece en la<br />
cuenta bancaria inscripta bajo su nombre.<br />
<strong>El</strong> porteño quiere ídolos, de cualquier ralea,<br />
que polaricen su sensibilidad, ídolos ante quienes<br />
deponerse totalmente, fervorosamente. Será “hincha”<br />
de un team de fútbol, cuyos jugadores no<br />
conoce en persona y de cuyo elenco de socios<br />
puede no formar parte. Discutirá por él. Se tronpeará<br />
por él. O seguirá en su carrera, apoyándolo<br />
con su aplauso, a un boxeador cuya amistad<br />
56