Política y derecho: retos para el siglo XXI
Política y derecho: retos para el siglo XXI
Política y derecho: retos para el siglo XXI
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
eranía popular 32 . De ahí la conexión entre <strong>derecho</strong>s fundamentales y<br />
soberanía d<strong>el</strong> pueblo, puesto que en la democracia constitucional existe<br />
una interdependencia absoluta entre ambos conceptos. Y también<br />
producto de esta proclamación de la soberanía d<strong>el</strong> pueblo es <strong>el</strong> hecho<br />
de que todo poder público esté no ya exclusivamente sometido a la ley,<br />
rasgo propio d<strong>el</strong> Estado de Derecho, sino también, en última instancia,<br />
radicado en <strong>el</strong> pueblo, avance que define la vigencia d<strong>el</strong> principio democrático<br />
en <strong>el</strong> Estado constitucional.<br />
Si la residencia de la soberanía en <strong>el</strong> pueblo y la consagración en la norma<br />
jurídica de esta cualidad ha supuesto <strong>el</strong> origen d<strong>el</strong> constitucionalismo<br />
democrático, éste se materializa por medio de la r<strong>el</strong>ación dialéctica<br />
que se produce entre poder público y soberanía d<strong>el</strong> pueblo. Dicha r<strong>el</strong>ación<br />
necesita, por una parte, que <strong>el</strong> poder público radique en última<br />
instancia en la voluntad popular y, por otra, que permanezcan alerta<br />
los vínculos entre soberanía d<strong>el</strong> pueblo y gobierno. En la base de esta<br />
afirmación se encuentra <strong>el</strong> hecho de que la cualidad democrática no<br />
se agota en <strong>el</strong> momento de la <strong>el</strong>ección d<strong>el</strong> detentor d<strong>el</strong> poder público,<br />
sino que se desarrolla a través de un continuum entre <strong>el</strong> que detenta la<br />
soberanía y <strong>el</strong> que ejerce la acción de gobierno y donde entra en juego<br />
<strong>el</strong> concepto de control político. Se trata de la misma r<strong>el</strong>ación interdependiente<br />
que existe entre <strong>el</strong> concepto de poder constituyente y <strong>el</strong> de<br />
poder constituido, que conforman intrínsecamente una sola definición.<br />
El control por parte d<strong>el</strong> constitucionalismo se vu<strong>el</strong>ve, en <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong><br />
Estado constitucional, un control por parte d<strong>el</strong> constitucionalismo democrático;<br />
<strong>el</strong> único que cabe en <strong>el</strong> marco de este Estado y, de hecho,<br />
irrenunciable en <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> poder constituido, y directamente r<strong>el</strong>acionado<br />
con <strong>el</strong> ejercicio indirecto –esto es, a través d<strong>el</strong> control– de la soberanía.<br />
En este sentido, Böckenförde afirma que la democracia como<br />
forma de Estado y de gobierno significa algo más que la atribución al<br />
pueblo de la titularidad d<strong>el</strong> poder: quiere decir que <strong>el</strong> pueblo no es sólo<br />
<strong>el</strong> origen y <strong>el</strong> portador último d<strong>el</strong> poder que ejerce <strong>el</strong> dominio público,<br />
sino que además él mismo ejerce ese poder, que lo tiene y que ha de<br />
tenerlo en todo momento. Esto es, como expresa <strong>el</strong> autor, “<strong>el</strong> pueblo<br />
32<br />
Aragón, “La democracia constitucional”, Op.cit., p. 32.<br />
Democracia, constitucionalismo, constitución, soberanía 121