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104 BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA<br />
quinientos millones de individuos en el mundo, hablan español. No<br />
menos de veinte millones de personas de otras lenguas, lo estudian<br />
como segundo idioma.<br />
Es tiempo de recordar la hermosa afirmación de mi inolvidable maestro<br />
y académico de esta casa, don Horacio Bejarano Díaz, cuando escribió:<br />
«La lengua patria, con el territorio, la tradición y la religión son la<br />
esencia de la nacionalidad». Bien sabemos «que el pueblo es el artífice<br />
del idioma y los hombres de letras nada más que sus cultivadores». En<br />
la América hispánica «se le dio siempre una gran importancia a la conservación<br />
del idioma español en toda su pureza».<br />
Don Baldomero Sanín Cano anotó: «La renovación de la literatura<br />
española, en el novecientos, tuvo origen en América y fue en sus principios,<br />
un movimiento de rebeldía para mejorarlo». «El castellano de<br />
América adquirió una personalidad». Entonces se reconoció que donde<br />
mejor se hablaba la lengua castellana era en Colombia. O témpora!<br />
O mores!. Pero esa dicha como la del éxito de ahora, duró muy poco.<br />
Colombia, en las bibliografías de Leyes, ocupa puesto primordial,<br />
porque aquí existen normas para todo, aunque no se cumplen. En 1960<br />
y en 1979, se dictaron y reglamentaron las primeras disposiciones sobre<br />
protección y defensa del idioma. Al respecto deseo exaltar los nombres<br />
de tres distinguidos numerarios de la Real Academia Española<br />
quienes en las últimas décadas, se han destacado como denodados<br />
defensores, y divulgadores de nuestra lengua: don Luis María Ansón<br />
Oliart, el más galardonado periodista español, quien el 10 de mayo de<br />
1981, en la ciudad de Lima, fundó la Federación Iberoamericana de<br />
Asociaciones de Periodistas, FIAP, después OAPI, para vigilar y defender<br />
la pureza de las lenguas hermanas, el español y el portugués, don<br />
Humberto López Morales, quien hizo el milagro de unir, en la Asociación<br />
de Academias de la Lengua Española, el mundo panhispánico «para<br />
reforzar la unidad del idioma», don Víctor García de la Concha, exdirector<br />
de la Real Academia Española y actual director del Instituto Cervantes,<br />
quien propició el ingreso de la tecnología de las comunicaciones a la<br />
Real Academia y ahora auspicia con fervoroso entusiasmo la multiplicación<br />
de nuestro idioma en el planeta.<br />
«Nadie hace tanto por el hermanamiento de las naciones hispanoamericanas,<br />
como los fomentadores de aquellos estudios que tienden<br />
a conservar la pureza de su idioma», escribió el señor Cuervo en el prólogo<br />
de las Apuntaciones. Sin embargo, don Víctor García de la Concha