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BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA<br />
se parecen mucho a don Quijote y a Sancho Panza y en el mismo libro<br />
dice, que él es don Quijote.<br />
La descripción de las circunstancias sentimentales y románticas de<br />
sus primeras lecturas, evoca emociones fuertes a un alemán que conoce<br />
el encanto de un jardín primaveral de su país. Se ve al niño Heine<br />
leyendo y descubriendo el mundo del hidalgo, sin poder presentir el<br />
rechazo y las derrotas de su vida futura, que tienen algo similar al destino<br />
de Don Quijote: Su huida de la realidad alemana al mundo de los<br />
ideales puros del romanticismo, sus amores incumplidos y sus derrotas.<br />
Ese niño leyendo El Quijote perdido en los olores primaverales de las<br />
flores, quizás tiene un presentimiento. Es posible que la lectura le condicionara,<br />
inconscientemente, para tomar la decisión de huir de aquel<br />
entorno que ya le resultaba hostil, para refugiarse en el romántico París<br />
y aunque la capital francesa le brindara ese apego romántico, siguió<br />
sufriendo por la realidad alemana. Es por eso que la aventura de la<br />
lectura del Quijote le conmovió e influenció mucho y que Cervantes<br />
tiene para él, la misma importancia que Shakespeare y que Goethe.<br />
En la actualidad existen muchos alemanes que conocen a fondo esa<br />
misma realidad. Yo mismo, como alemán puro, miro hacia el pasado y<br />
siento la profunda tristeza del exilio voluntario; en cierta forma puedo<br />
identificarme porque trae a mi mente los pasajes más tristes de mi alma:<br />
la misma niñez feliz, mi salida de Alemania y el sufrimiento que me<br />
causa, a distancia, la realidad alemana que no ha cambiado mucho<br />
desde entonces; yo lo llamo el síndrome de Heine. Conozco compatriotas<br />
que no quieren regresar, aunque sientan la nostalgia de la niñez<br />
feliz y la distancia de un país romántico y soñado. Ese desespero se<br />
expresa con lo dicho, el verso de Heine: Denk’ ich an Deutschland in<br />
der Nacht, bin ich um den Schlaf gebracht. Cuando pienso en Alemania,<br />
en la noche, se me espanta el sueño.<br />
Heine afirmaba, en una nota del 3 de mayo de 1837, dirigida a su<br />
editor Campe, que ese prólogo era «desgraciadamente, lo peor que<br />
había escrito jamás»*** estaba postrado en cama por una fuerte gripe,<br />
lo que le valió como excusa por la supuesta mala calidad del escrito.<br />
«acusaba a la influencia de la influenza» (HHSS 4: 876). Según cuenta,<br />
redactó el prólogo «cumpliendo órdenes y por escasez de dinero» (HHSS<br />
4: 876) algunos críticos piensan que es una manera camuflada que<br />
***Heinrich Heine, Sämtliche Schriften (en adelante HHSS) vol. 4, 877.