271-272
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
POSESIONES 133<br />
Ya en Bogotá, donde residía con su familia, trató de olvidarla… pero<br />
poco después retornó a Boyacá y pudo valorar las cualidades humanas<br />
de la joven. Se deleitaba oyéndola discurrir sobre cualquier tema con<br />
aquella gracia infantil de las jóvenes inteligentes de quince años… Alejandro<br />
contaba ya, veinticuatro años:<br />
Jamás, había visto dotes intelectuales de mayor extensión en una joven...”<br />
“Cuando tomé la pluma en mi escritorio, surgieron estrofas<br />
sólo para Julia; cuando cogí el pincel de mi gabinete, se destacaba en<br />
el lienzo una imagen parecida a ella y..., cuando pulsé el piano, éste<br />
me regaló fantasías inspiradas con su nombre y su recuerdo...<br />
A partir de entonces, en Chiquinquirá, cuna de los hermanos Flórez<br />
Roa, cuando corría la voz de que llegaba Alejandro, no dejaban de<br />
salir quince o veinte amigos a encontrarlo hasta las pintorescas poblaciones<br />
cercanas. Era el momento en que se recorría el viaje a caballo, y<br />
estas cabalgatas se formaban para la recepción de uno de los hijos más<br />
queridos de esas tierras en cuyo honor, se organizaban paseos y reuniones<br />
sociales.<br />
Después de conocer a Julia, Alejandro llevó orquestas desde Bogotá<br />
en varias ocasiones y, al filo de la media noche, la joven despertaba a<br />
los arrullos de una conocidísima voz inconfundible, que cantaba:<br />
Si acaso recuerdas mi voz,<br />
Julia del alma, ¡despierta, por Dios!<br />
Al instante, Julia se lanzaba de la cama y abría un poco los postigos…<br />
con la severa reprimenda de su abuela, por lo incorrecto que se<br />
consideraba el abrir la ventana y permitir que se alcanzara a divisar<br />
desde la calle, la silueta de la amada. Por esta época, 1891, publicó<br />
Alejandro algunos poemas en varios diarios de Bogotá bajo su<br />
pseudónimo de Monteazul, también en El Gladiador, periódico dirigido<br />
por él, en compañía de Julio N. Galofre.<br />
Un día el abuelo de Julia permitió que la joven, en compañía de su<br />
tía doña Belén Fernández de Soler Martínez, viajaran a la capital y se<br />
hospedaran en el Hotel Italiano, situado cerca de la Plaza de Bolívar.<br />
Por esas fechas se verificaba un concurso de belleza en Bogotá, y Julia<br />
triunfó en ese certamen del que fueron escrutadores: Rafael Pombo,<br />
Julio N. Galofre y también, Alejandro A. Flórez.