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BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA<br />
los cincuenta años: Mas a pesar del tiempo terco, / mi sed de amor no<br />
tiene fin; / con el cabello gris, me acerco / a los rosales del jardín. //<br />
Juventud, divino tesoro, / ya te vas para no volver; / cuando quiero<br />
llorar, no lloro, / y a veces lloro sin querer 3 . El viejo sabio comprendía<br />
sin duda alguna —y aún me parece ver el brillo de sus ojos y sus simpáticos<br />
asentimientos de cabeza— la calma penetrante y toda la morbidez<br />
de estos versos; y a pesar de lo que podía molestarle el sensualismo<br />
de Darío, se vanagloriaba de que el autor de las estancias más sutiles<br />
del Parnaso español contemporáneo fuera un hijo de América»<br />
(Epistolario, 19, 147-148).<br />
Don Rufino leyó y degustó los versos de Rubén Darío y se sintió<br />
orgulloso del reconocimiento de esta gran figura porque Darío, muy<br />
lejos de ser, como podría suponerse, un humilde escritor centroamericano<br />
en medio de las rutilantes estrellas de la literatura española<br />
del momento, era más bien el centro de atención que llegó a sentirse<br />
abrumado y agradecido por las constantes muestras de admiración y<br />
de cariño, aunque también contó con detractores que soportó con<br />
gran altura.<br />
3. Breve semblanza<br />
Rubén Darío fue hijo de Manuel García y Rosa Sarmiento, quienes<br />
se habían casado en León (Nicaragua) en 1866. La conducta de Manuel,<br />
aficionado al alcohol hizo que Rosa, ya embarazada, tomara la<br />
decisión de abandonar a su marido y se refugiara Metapa (hoy Ciudad<br />
Darío), donde nació Félix Rubén García Sarmiento, en el año de 1867;<br />
“En realidad, mi nombre debía ser Félix Rubén García Sarmiento”, nos<br />
dice el mismo autor, y más adelante nos comenta:<br />
«El matrimonio de Manuel García —diré mejor de Manuel Darío— y<br />
Rosa Sarmiento, fue un matrimonio de conveniencia, hecho por la familia.<br />
Así no es de extrañar que a los ocho meses más o menos de esa<br />
unión forzada y sin efecto, viniese la separación. Un mes después nacía<br />
yo en un pueblecito, o más bien aldea, de la provincia, o como allá se<br />
dice, departamento, de la Nueva Segovia, llamado antaño Chocoyos y<br />
hoy Metapa» (Darío por Darío, www).<br />
3 Estos versos de Darío, pertenecen al poema, Canción de otoño en primavera.