271-272

HOMENAJES 67
del cementerio, es cuando se logra la total interiorización del personaje.
Creemos, por el contrario, que Hamlet comienza a interiorizarse
casi desde el principio y vemos ya rasgos muy sobresalientes en el
soliloquio antes mencionado. Todo esto desemboca, además, en el
juicio que se le ha formulado al príncipe, sobre su propia culpabilidad
y su villanía. Bloom hace notar, que Hamlet no se arrepiente de
haber matado a Polonio ni a Laertes, ni de haber inducido al suicidio
a Ofelia. Salvo en el acto V en el cementerio, cuando llega toda la
corte –encabezada por Laertes, su hermano– a enterrar a Ofelia, y
Hamlet pronuncia estas desesperadas palabras: «Yo amaba a Ofelia;
cuarenta mil hermanos que tuviera, no podrían con todo su amor
junto, sobrepujar el mío.» 6 . Palabras que, sin embargo –dice Bloom–
no nos convencen del todo. Pero la venganza contra la muerte del
padre aún no se ha ejecutado. Se ha dicho sucesivamente en las diferentes
interpretaciones del drama, que la excesiva reflexión paraliza
la acción en Hamlet. Varias veces ha tenido la opción de matar a
Claudio, pero pronto aparece ante sus ojos el obstáculo que le impide
ejecutarlo. Se ha cuestionado también el hecho de que no es que
Hamlet piense mucho, sino que piensa muy bien y quiere que su venganza
sea total y sirva para llevar acabo un gran escándalo en Dinamarca.
Para ello debe callar y fingirse loco, lo que le impediría el
descubrimiento de sus propósitos. Pero tan astuto será en sus procedimientos,
que cuando pasa por Elsinor un grupo de actores, no duda
en contratarlos para representar el asesinato de su padre ante los
nuevos reyes. En esta escena Shakespeare introduce el teatro dentro
del teatro, otra de sus grandes innovaciones.
Aunque este acto del desenmascaramiento de los culpables a través
de la representación teatral muestra no solo el ingenio de Hamlet, su
cercanía con el juego, sino también otra faceta de su trascendentalismo.
Consideremos también, nuevamente, su relación con Ofelia y sus
palabras hacia ella. ¿Qué pretende en realidad comunicarle a Ofelia?
¿Acaso podemos notar en esas expresiones agresivas solo el desahogo
de una conciencia transgresora que desdeña todo lo establecido? O
¿la crítica a un mundo burgués y vano que riñe con el deseo de autenticidad
de Hamlet? Y claro, se trata de quitar las máscaras, de poner a
las personas ante el espejo de su propio Yo, sea a los culpables Claudio
y Gertrudis o a la inocente doncella Ofelia. Así, Hamlet ataca las apariencias
y los convencionalismos sin compasión:
6 Ibidem. 1053.