271-272
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
POSESIONES 139<br />
Acabo de darle muerte a Ernesto Rasch inesperadamente, te calumnió<br />
en mi presencia y yo me enloquecí. No satisfecho con eso ¡me<br />
mostró un retrato tuyo! obtenido quién sabe cómo... de la que iba a<br />
ser mi esposa dentro de un mes..., y lo hizo sin duda con ánimo de<br />
(ilegible).<br />
Pobre Ernesto, yo no supe de mí, creo que lo abofeteé, que él me<br />
abofeteó, que me fui a tierra, y caí desgraciadamente sobre el revólver<br />
que llevaba conmigo, y que desde el suelo, hice al acaso un tiro que le<br />
quitó la vida. Yo no sé qué tengo por Dios... fatalidad... y ahora, nuestro<br />
infortunio...<br />
Aparta para siempre de mí tus recuerdos. Al darte mi adiós eterno,<br />
juro que sigo creyendo en tu pureza como en la luz del sol.<br />
Tuyo con el pensamiento,<br />
Alejandro<br />
Alejandro fue reducido a pagar largos años de cárcel en el Panóptico<br />
Nacional, en cuya capilla contrajo matrimonio con Julia Fernández, tras<br />
atravesar un sonado y doloroso juicio y su pena consecutiva. Años después<br />
pudo regresar al hogar, donde más tarde nacieron sus tres hijos:<br />
Gil Flórez Fernández que, para inmenso dolor de sus padres, sobrevivió<br />
solamente unos días, según reza su fe de bautismo, firmada y sellada<br />
por el Pbro. Aurelio Ospina, coadjutor de la Parroquia de Santa María<br />
de las Nieves de Bogotá, el día 21 de diciembre de 1897, según documento<br />
original que conservo en mi archivo familiar. Y las dos niñas, Paz<br />
(1899) y Luz (1900), quien cumpliría nueve meses de edad, cuando<br />
murió su padre.<br />
Y dejo a un lado la tragedia de este tema, leyendo el primer poema<br />
que escribió Alejandro Flórez a su hija de dos meses, Paz Flórez<br />
Fernández:<br />
LAS OREJAS<br />
(A mi hija Paz)<br />
El ángel de mi amor, la hijita mía,<br />
la beldad entre todas las beldades,<br />
que no cuenta dos meses todavía<br />
y entró al mundo de tantas vanidades.