Antología. XII Curso-Taller Estatal del Educador Popular. 2015
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XII CURSO TALLER ESTATAL DEL EDUCADOR POPULAR 2015
nacional, ideología como falsa
conciencia, etc.--.
Esta “vuelta a la dialéctica” también se
produjo en Lenin. Si bien había leído y
estudiado bastante sobre filosofía en
el comienzo de su militancia política, y
si bien luego tuvo que volcarse en la
defensa del componente materialista
de la teoría marxista del
conocimiento, escribiendo un texto –
Materialismo y empirocriticismo--
orientado a la polémica teórico política
urgente más que al debate
específicamente teórico y filosófico,
cosa que se olvida, fue a raíz del
estallido de la guerra de 1914, que
destrozó buena parte de sus esquemas
anteriores, que tuvo que volver
rápidamente a la dialéctica para
comprender no sólo qué había sucedido
y por qué, sino sobre todo para saber
cómo podía combatirse la nueva
situación. Es cierto que ya en 1913, en
su análisis sobre el despertar en Asia
y en otros textos, se insinúan líneas de
avance que sólo son posibles si se
basan en un previo dominio del método
dialéctico. No hay duda de que el
“mejor Lenin” se desarrolla a partir de
sus estudios profundos de la filosofía
dialéctica, lo que le dota de base
conceptual suficiente como para
interpretar las nuevas realidades con
teorías nuevas, en vez de limitarse a
quitar el óxido a las viejas. En cuanto a
Rosa Luxemburgo, reconociendo que
muchas de sus obras siguen sin poder
estudiarse debido al interés común de
la reacción burguesa, de la
socialdemocracia y del stalinismo, a
pesar de eso es innegable que mostró
una impresionante capacidad dialéctica
en su rápida evolución al final de sus
días en el desarrollo de sus tesis
sobre la necesidad de una organización
política diferenciada del partido
socialdemócrata.
Limitándonos siempre al llamado
“marxismo occidental”, Trotsky,
definido por algún seguidor suyo como
el marxista más dialéctico de todos,
tuvo, pese a esto, que volver al estudio
de la dialéctica al final de su vida. Es
cierto que exceptuando su error sobre
la teoría leninista del partido,
corregida en 1917, y su otro error de
signo de opuesto consistente en
minusvalorar los claros síntomas de
burocratización en la URSS ya
apreciados por Lenin y otros
marxistas antes que él, su tesis sobre
el sindicalismo, etc., quitando estas
equivocaciones, el resto de sus
aportaciones a la revolución muestran
No es en la resignación en la que nos afirmamos, sino en la rebeldía frente a las injusticias. Paulo Freire
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