Informe del CG - IFAD

- 112 -
No debe desalentarnos la magnitud de los problemas - ¡no lo han hecho en estos 20 años! - ni
el largo camino que nos queda por recorrer para conseguir afrontarlos eficazmente.
En esto reside la verdadera aplicación de los principios proclamados por las Naciones Unidas
en la Declaración de Derechos Humanos hace cincuenta años. El artículo 1 de la Declaración
subraya, con una audacia y una clarividencia que aún hoy merecen admiración, que los seres
humanos - cito textualmente - deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Señores, nosotros, hoy, hablamos mucho de solidaridad; y es importante. Pero la fraternidad
es algo mucho más profundo e intenso. La fraternidad es comunión de sangre; es vínculo de
parentesco; es relación de naturaleza absolutamente indisoluble. ¡Fraternidad!
Así pues, se trata sobre todo de reconsiderar nuestro modo de razonar y, en consecuencia, de
afrontar los grandes problemas. De ahí el deber de una profunda solidaridad, de esa sustancial
fraternidad proclamada en 1948.
Animado por este espíritu, concluyo expresando el deseo de que el proceso de reforma y
reanimación de todo el sistema de las Naciones Unidas permita facilitar y acelerar el proceso análogo
del que son protagonistas las instituciones de las Naciones Unidas con sede en Roma.
Termino diciendo gracias, Señor Presidente; gracias a todos los que en estos 20 años se han
esforzado; gracias a aquellos cuyo nombre no aparecerá nunca en primera plana, pero que está
inscrito entre los méritos de una humanidad que sufre, que es una de las páginas que no se borrarán
nunca de la historia humana.
Gracias!
Italia está orgullosa de albergar a estas organizaciones y lo considera un privilegio. Pero
desea, como todos los pueblos del mundo, que este polo pueda influir en la situación mundial de
manera siempre más eficaz, en la medida y con el vigor que esperan las poblaciones necesitadas de
esta tierra.
Si releen ustedes con paciencia el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas se detendrán, nos detendremos, en un interrogante: ¿hemos dado la
respuesta adecuada conforme a conciencia y justicia? Comprometámosnos a hacerlo en los próximos
años por todos los medios.
¡Gracias a todos y cada uno de ustedes!