Informe del CG - IFAD
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Como muchos de ustedes saben, la proporción de la población de Indonesia que vive por<br />
debajo <strong>del</strong> umbral de la pobreza ha descendido desde el 40% en 1970 hasta alrededor <strong>del</strong> 11% en<br />
1996. Estos progresos podrían verse amenazados por la crisis financiera que se ha propagado a<br />
diversos países de Asia, inclusive Indonesia. Es precisamente en este período cuando los esfuerzos<br />
tendentes a aumentar la protección social de los pobres adquieren una importancia crítica. Puesto que<br />
la recuperación económica llevará tiempo, y es inevitable un período de crecimiento más lento, el<br />
Gobierno de Indonesia ha dado la máxima prioridad a la protección de los pobres. Para velar por que<br />
la población pobre no sufra más privaciones durante el período de reestructuración económica,<br />
nuestros esfuerzos se centrarán en dos aspectos conexos. En primer lugar, velar por que todas las<br />
personas tengan acceso a unos alimentos y una nutrición suficientes. Esto debe traducirse no sólo en<br />
programas encaminados a lograr suministros suficientes, sino también en esfuerzos tendentes a<br />
garantizar que incluso los pobres puedan comprar los alimentos básicos; y, en segundo lugar, la<br />
introducción de programas de empleo, en las zonas rurales y urbanas, que proporcionen una defensa<br />
contra el desempleo. Los programas de obras públicas en las zonas rurales pueden resultar un<br />
instrumento eficaz para mejorar la infraestructura de estas zonas; además de proporcionar empleo en<br />
tiempos de necesidad, ello aumentará también la productividad <strong>del</strong> sector agrícola. La posibilidad de<br />
hacer extensiva la metodología <strong>del</strong> proyecto P4K a las 27 provincias de Indonesia contribuirá a<br />
apoyar nuestros programas de reducción de la pobreza en estos tiempos de condiciones económicas<br />
precarias.<br />
Es por ello motivo de satisfacción para el Gobierno de Indonesia que la Junta Ejecutiva, en su<br />
62° período de sesiones, aprobara la Fase III <strong>del</strong> proyecto P4K, que ahora reviste aún más<br />
importancia. Deseo aprovechar esta ocasión para expresar la gratitud y el reconocimiento <strong>del</strong><br />
Gobierno de Indonesia al FIDA por su inestimable apoyo.<br />
En su 62° período de sesiones, la Junta Ejecutiva indicó que se había registrado un 80% <strong>del</strong><br />
total de las promesas de contribución a la Cuarta Reposición de los Recursos <strong>del</strong> FIDA. Nos<br />
complacen los progresos hechos a ese respecto, pero instamos a que se desplieguen mayores<br />
esfuerzos para completar la Reposición lo antes posible. En cuanto a la promesa de contribución de<br />
Indonesia, me satisface informar de que mi país ha depositado su Instrumento de Contribución a la<br />
Cuarta Reposición y ha cumplido su obligación en relación con el primer plazo, que se abonó el 1° de<br />
diciembre de 1997. La <strong>del</strong>egación de Indonesia desea expresar su más profundo reconocimiento a los<br />
Estados Miembros de todas las categorías que han hecho efectivas sus promesas de contribución.<br />
Espero que los Estados Miembros que aún no hayan depositado su Instrumento de Contribución lo<br />
hagan sin mayor dilación.<br />
Permítaseme hacer unas breves observaciones sobre dos cuestiones conexas que figuran en<br />
nuestro programa. La primera de ellas se refiere al marco normativo para regular las relaciones con<br />
los países que tienen atrasos. Esta es una cuestión de gran importancia cuya solución presenta<br />
también grandes dificultades. Es evidente que no serviría para ningún propósito humanitario, ni<br />
siquiera para un propósito económico útil, imponer sanciones a los países que no puedan reembolsar<br />
los préstamos <strong>del</strong> FIDA porque sus economías han sufrido graves reveses debido a causas externas.<br />
No obstante, todo programa encaminado a proporcionar cierto alivio de la deuda debería tener<br />
plenamente en cuenta la posibilidad de que los receptores de los préstamos no hayan invertido los<br />
recursos de forma juiciosa o no hayan establecido una supervisión adecuada de los proyectos. En esos<br />
casos, el FIDA debería, ante todo, recabar seguridades de que se han adoptado las salvaguardias<br />
apropiadas. Una vez hecho esto podríamos estar razonablemente seguros de que los recursos<br />
proporcionados para reducir la pobreza se utilizarán de manera verdaderamente eficaz. Mi <strong>del</strong>egación<br />
apoya el marco normativo propuesto que ha elaborado el FIDA, ya que hace frente a esos problemas.<br />
El marco se centra en la necesidad de mejorar la formulación de la política económica y la ejecución<br />
de los proyectos, a fin de que los recursos