Informe del CG - IFAD

- 128 -
rural. Este enfoque y las innovaciones positivas a que ha dado lugar son ahora aceptados en gran
parte en los programas generales del desarrollo. En los últimos años, casi todas las organizaciones
que se ocupan de las cuestiones de desarrollo han hecho de la erradicación de la pobreza un objetivo
importante. Por nuestra parte, ya hemos establecido sólidas alianzas estratégicas para la colaboración
con el Banco Mundial, con otros bancos regionales y con las organizaciones hermanas de las
Naciones Unidas. Así pues, se abren ante nosotros nuevas y significativas oportunidades para
intensificar nuestra cooperación con todas esas instituciones.
Estos acontecimientos se acogen con gran satisfacción. Aun así, plantean al mismo tiempo al
FIDA el nuevo y difícil reto de tener que ser aún más innovador para poder mantener una posición de
vanguardia en la lucha contra la pobreza. De hecho, cuando tantas organizaciones ponen
especialmente de relieve la erradicación de la pobreza rural, puede surgir la pregunta de cuál debe ser
el papel del FIDA en los próximos veinte años.
Este reto ha sido claramente definido por el Equipo de Expertos de Alto Nivel, presidido por
el Profesor Ivan Head del Canadá, que llevó a cabo la evaluación rápida externa del Fondo en 1994.
Reconociendo la eficacia de las operaciones del FIDA y refrendando firmemente su misión
fundamental, en el informe de esa evaluación se instaba al Fondo a “convertirse en el principal agente
de actividades coherentes y racionales encaminadas a reducir la pobreza rural”. También exhortaba al
FIDA a convertirse en un organismo basado en los conocimientos, es decir, un creador y un
depositario de conocimientos y un promotor de su difusión.
Con nuestra determinación de responder plenamente a este desafío, en los últimos cuatro
años hemos llevado a efecto importantes iniciativas en lo concerniente al régimen de gobierno y las
operaciones del Fondo. Por su parte, los Estados Miembros de la Organización han respaldado la
introducción de amplios cambios estructurales en su régimen de gobierno para adaptarlo a la
evolución de la situación económica y política internacional. El año pasado ha quedado ultimada la
Cuarta Reposición, lo que asegura al Fondo una cantidad adecuada de recursos para el próximo
trienio.
Simultáneamente, hemos ejecutado un programa de reorganización y reforma de todos
nuestros procesos de trabajo. A partir de las indicaciones formuladas por los propios funcionarios del
FIDA, se han introducido importantes cambios en el ciclo de los proyectos y en el proceso
presupuestario, así como en esferas como la información y la gestión de documentos.
Un aspecto aún más fundamental es que hemos reflexionado detenidamente acerca de nuestro
mandato y hemos formulado una Visión de Futuro para guiar la labor del FIDA en la lucha contra el
hambre y la pobreza. Sobre estas bases se ha elaborado una estrategia institucional, que ha servido a
su vez para formular estrategias a nivel de departamentos y dependencias orgánicas. Estas estrategias
rigen ahora la asignación de los recursos presupuestarios.
Estas reformas internas y nuestro mayor hincapié en el problema de la pobreza nos permitirán
desempeñar plenamente nuestro papel en el imaginativo proceso de reformas en el ámbito de las
Naciones Unidas que el Secretario General ha puesto en marcha el pasado año. Recientemente se ha
invitado al FIDA a incorporarse al Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que reúne a
todas las organizaciones internacionales interesadas en las cuestiones de desarrollo. Esperamos con
sumo interés poder colaborar con nuestras organizaciones asociadas a fin de asegurar el pleno éxito
de estas iniciativas.
Permítaseme expresar ahora mi reconocimiento por la dedicación y los leales esfuerzos de
nuestro personal. Durante los últimos años, en los que han tenido lugar tantos cambios, los
funcionarios del FIDA han mantenido en todo momento centrada su atención en la misión que se les