Informe del CG - IFAD

Señor Presidente del Consejo,
Distinguido Presidente del FIDA,
Mi eminente predecesor Presidente Al-Sudeary,
Excelentísimos Señores,
Señores Gobernadores:
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Declaración especial del Señor Idriss Jazairy,
Segundo Presidente del FIDA
Deseo expresar al Consejo, a la Junta Ejecutiva y al Presidente Al-Sultan mis felicitaciones
por conducir al Fondo hacia nuevos éxitos ahora que éste celebra su vigésimo aniversario.
Tras mi marcha del FIDA, he podido seguir satisfaciendo mi interés en mejorar la
comprensión de los procesos relacionados con la pobreza en ACORD, el consorcio internacional de
ONG que se ocupan del desarrollo, especialmente de África, que en la actualidad dirijo.
Permítanme darles a conocer algunas de las enseñanzas que he extraído, las cuales se refieren
a la génesis, el significado y las consecuencias sociales de la pobreza, así como a algunas de sus
repercusiones en materia de política.
1. El cambiante origen de la pobreza:
Mucho se ha hablado de este tema (el origen de la pobreza). Recuerdo que, en el primer
período de sesiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
(UNCTAD), se hizo hincapié en los factores exógenos y en las medidas correctoras a nivel
intergubernamental.
En la actualidad, y en el marco del neoliberalismo, el péndulo apunta hacia la introducción de
cambios en el comportamiento en los propios países en desarrollo. Esta tendencia se basa en la
hipótesis de que los procesos relacionados con la pobreza tienen fundamentalmente un origen local y
que los mercados no tienen por qué ser hostiles a los pobres.
El punto de equilibrio se encuentra probablemente entre esas dos posiciones, pero con
demasiada frecuencia se ponen de relieve algunas causas sobre la base de las soluciones preferidas.
En el contexto del Estado nación, solía explicarse el origen de la pobreza en función de la
escasez, el acceso a los recursos y la distribución de los ingresos.
Es preciso que dirijamos urgentemente nuestra atención a las tendencias en la esfera de la
pobreza que están surgiendo en un mundo globalizado.
En algunas partes de Asia y, hace algún tiempo, de América Latina se ha producido, a raíz de
crisis financieras, un desmedro de lo que fue una clase media próspera. Están perdiéndose algunos
logros alcanzados en materia de erradicación de la pobreza. En especial, las dificultades con que se
enfrentan los trabajadores no cualificados están haciéndose cada vez más agudas. El efecto de
desigualdad en la distribución de los ingresos que producen inyecciones concentradas de un gran
volumen de apoyo financiero exterior con objeto de salvar el sistema bancario ocasiona nuevos
desequilibrios. Todo esto ocurre en un momento en que la asistencia oficial para la erradicación de la
pobreza está disminuyendo.