Informe del CG - IFAD

Señor Presidente del Consejo,
Excelencias,
Señoras y señores:
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Declaración del Excelentísimo Señor Raymond Barre
ex Primer Ministro de la República Francesa
Es para mí un honor hacer uso de la palabra con ocasión del Vigésimo Aniversario del Fondo
Internacional de Desarrollo Agrícola y de elogiar hoy la labor desarrollada por este organismo
especializado de las Naciones Unidas.
Por ser economista, conozco el importante papel que desempeña la agricultura en el
desarrollo económico de un país. La historia económica de los países industrializados muestra que la
revolución agrícola ha precedido, favorecido y sostenido la revolución industrial de fines del
siglo XVIII en Gran Bretaña. La historia más reciente pone claramente de manifiesto que la mala
gestión de la agricultura, o el abandono de las actividades agropecuarias en favor de una
industrialización forzada, afecta gravemente el crecimiento económico de un país y el nivel de vida
de su población. Huelga recordar los efectos nefastos de la colectivización y la planificación de la
agricultura en la Unión Soviética.
Argelia, que tenía una agricultura próspera, ha debido destinar la mayor parte de los recursos
que le proporcionan el petróleo y el gas a financiar importaciones de productos alimenticios.
El progreso de la agricultura es un factor importante en toda política de desarrollo
económico, ya que permite alimentar a los seres humanos - principal objetivo de la actividad
económica -, aumentar los ingresos de la población empleada en el sector agrícola y, con ello,
incrementar la demanda global, favorecer la exportación de productos agrícolas y permitir
economizar en materia de importaciones, lo cual contribuye a equilibrar la balanza comercial y la de
pagos.
Desde hace veinte años, dos países - entre muchos otros - son el mejor ejemplo del papel que
la agricultura desempeña en el desarrollo.
China ha dado siempre prioridad a la agricultura y ha hecho caso omiso de los espejismos
que comporta la industrialización forzada; sus dirigentes no cesan de asignar un papel central a la
agricultura en los planes sucesivos que ponen en práctica. La India ha obtenido resultados sumamente
positivos en lo concerniente a la expansión de su sector agrícola, sobre todo gracias a la “revolución
verde”, que es un notable ejemplo de modernización tecnológica de las actividades agropecuarias.
Cabe agregar que el desarrollo agrícola es un elemento fundamental del desarrollo sostenible,
en cuyo marco están estrechamente relacionados los aspectos económicos y ecológicos del desarrollo.
La Conferencia de Río de Janeiro puso expresamente de relieve la relación existente entre la pobreza
y la degradación del medio ambiente. La indigencia obliga muchas veces a la población rural a
explotar, hasta el agotamiento, los recursos naturales de que disponen, lo cual equivale a agravar su
pobreza.
Ese es el motivo de que el FIDA tenga en cuenta la dimensión ecológica de la pobreza rural y
de su erradicación. Un 70% de los proyectos financiados por la Organización tienen explícitamente
un objetivo ambiental y comportan soluciones creadoras basadas en el potenial de la población local
y en su notable ingenio.