Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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¿Po r q u é n o s e q u i v o C a m o s? 151<br />
no, no! ¡No lo permitiré! ¿Qué es lo que se han creído? ¿Qué tienen<br />
en la cabeza? ¿Quieren que me vuelva loco?”.<br />
Más tarde, los tres en la cama de Renato miran un programa de<br />
televisión y discuten acerca de quién se quedará, esa noche, a dormir<br />
con él. Es viernes y al día siguiente no tendrán escuela. “¿Qué<br />
tengo encima, miel? –dice Renato– ¿No son ya un poco grandes<br />
para dormir con papá?”. Finalmente, se despiertan a la mañana los<br />
dos abrazados a su padre.<br />
el sábado<br />
Tommi, frecuentemente, se sube al altillo, sale por una ventana<br />
y camina sobre el techo del edificio, un techo de tejas inclinado que<br />
recorre hasta el borde. Mira hacia abajo sin vértigo y camina por<br />
lugares peligrosos sin miedo. Allí, en un escondrijo, guarda algunas<br />
de sus cosas: un frasco con algo de dinero, un par de prismáticos,<br />
una honda de goma con la cual desconcierta a los vecinos arrojándoles<br />
piedras y escondiéndose mientras los mira con el largavista.<br />
Es sábado, se irán a encontrar en el campo con Vincenzo y Marina,<br />
amigos de Renato, para almorzar con ellos. En el auto, cantan.<br />
De pronto, Renato se detiene, ha visto que está abierto el lugar<br />
donde trabaja. Le pide a Tommi que lo acompañe y a Viola que<br />
espere unos minutos en el auto. Ya en el interior de la oficina, tiene<br />
un altercado con el jefe, a quien agarra por el cuello para que le pague<br />
los 780 euros que le debe. Tommi se asusta y le pide a su padre<br />
que se vayan, pero Renato, enfurecido, quiere mostrarle que no se<br />
dejará humillar. Cobra en el acto y renuncia a un empleo del cual,<br />
al mismo tiempo, ya lo han despedido.<br />
Durante el almuerzo en la casa de los amigos, Marina comenta<br />
que a Renato, a pesar de todo, lo ve bien, se lo ve en forma. “Estoy<br />
bien, estoy bien –contesta Renato– nos arreglamos bien”. Marina<br />
dice que a los chicos se los ve muy bien, y Renato añade: “Todos<br />
estamos bien”. Tommi, serio e inquieto, percibe que su padre, profundamente<br />
afectado, está muy lejos del bienestar que pretende.