Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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170 Lu i s <strong>Chiozza</strong><br />
mira el paquete que le dejó su madre y, por fin, lo abre sin romper<br />
el moño. Es un portarretrato con una foto de su madre con él,<br />
acompañado de una carta manuscrita cuya letra irregular, en parte<br />
borroneada, hace pensar que fue escrita con angustia y que se mojó<br />
con lágrimas. Stefania escribe: “Amor mío: no te olvides nunca que<br />
tu madre estará siempre contigo. Eres el único hombrecito de mi<br />
vida. Estoy demasiado mal, algún día te lo explicaré. Te amo tanto”.<br />
Y Tommi, mientras se frota los ojos con el dorso de una mano, por<br />
primera y única vez en esta historia, llora.<br />
Los sinsabores de tommi<br />
Tommi es un niño reflexivo y sensato, “con los pies en la tierra”,<br />
como suele decirse. Tal como lo expresa en palabras su compañerita<br />
Mónica: no es como los demás. Es también un niño con un fondo<br />
triste, que tiende a aislarse y que no tiene amigos, hasta que aparece<br />
Antonio. Pero es Antonio, que carece de hermanos, el que lo busca<br />
a él cuando, en el patio, está jugando solo. El conflicto que tiene<br />
en la escuela durante el recreo, mientras juegan al fútbol –y que<br />
termina también en que se queda solo–, nos conduce a pensar que,<br />
además de triste, es un niño que se siente perjudicado por la vida,<br />
víctima de una injusticia, y con un derecho a reclamar que no se<br />
atreve a ejercer. Es probable que esto lo lleve a ofenderse y pelearse,<br />
siguiendo un modelo similar al que opera en su padre. Podemos<br />
pensar, además, a juzgar por la forma en que camina desaprensivamente<br />
por lugares peligrosos –como el techo del condominio en el<br />
cual vive o el puente sobre la autoruta–, que en sus peores momentos<br />
su tristeza alcanza como para que Tommi juegue, inconscientemente,<br />
con una fantasía de suicidio.<br />
Todo induce a pensar que los motivos que sostienen el estado<br />
anímico de Tommi son tres: las rabietas de su padre que, frecuentemente,<br />
“se las agarra con él”; la ausencia de su madre y la preocupación<br />
que le causa verlo a Renato permanentemente desubicado y<br />
sufriendo. Acerca de esta última cuestión, recordemos que Claudio